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Incertidumbre ante la desnacionalización de Correos

El proyecto de transformación del actual servicio de Correos y Telégrafos en una empresa pública o en un organismo autónomo no ha sido bien acogido, en principio, por los trabajadores de este cuerpo. Las quejas van dirigidas a la falta de participación de los trabajadores en la elaboración de tal proyecto, en el inoportuno momento elegido para su presentación, y sobre todo, en las prisas que parece tener el Gobierno para la aprobación de las nuevas estructuras, lo que hace inviable cuestiones tan fundamentales como el estudio y el análisis detallado de su contenido, para pronunciarse, según sus ventajas e inconvenientes, sobre el mismo.Otro de los factores que han contribuido a aumentar el malestar es la falta de información y claridad en las exposiciones. El borrador de los proyectos de decreto elaborados por el Gobierno, que entregó el pasado miércoles el secretario general de Correos a la comisión de enlace de los trabajadores, no permite conocer con exactitud la situación. Dichos textos -según fuentes laborales- pecan de ambiguos.

Mientras tanto, se espera que en un próximo Consejo de Ministros, el Gobierno proceda a su aprobación, pues parece muy interesado con que ésta se lleve a cabo antes de las elecciones.

Por su parte, las centrales sindicales presentes en Correos están negociando la creación de un órgano provincial de unidad de acción que cuestione de forma conjunta la marcha de los acontecimientos. Pese a que, a propuesta de la comisión de enlace, las centrales sindicales vieran la necesidad de convertirse en un órgano unitario, tras celebrar tres reuniones en Madrid, aún no se ha llegado a ningún acuerdo.

Ayer quedaron elaboradas las bases de este proyecto de unión, en las que dejan bien claro que «existe una diferencia acusada entre central sindical y representatividad», entendiendo la primera como «el instrumento de defensa de los intereses de los trabajadores», y la segunda como el «cauce legal que permita negociar con la Administración». Al parecer, es este el principal punto de fricción entre las centrales sindicales firmantes del proyecto de base (Unión General de Trabajadores (UGT), Unión.Sindical Obrera (USO), la Confederación de Sindicatos Unitarios de Trabajadores (CSUT), con Comisiones Obreras (CCOO), que hasta ayer tarde aún no se sabía si iba a firmar el citado escrito en cuya elaboración prefirió no intervenir. Comisiones Obreras opina que la diferencia señalada por las otras centrales significa que quienes van a negociar son las centrales sindicales y no los representantes de los trabajadores (pese a que de la comisión de enlace sólo cuatro de sus diez componentes no están sindicados). Comisiones propone potenciar la representatividad al margen de las centrales, mientras que éstas consideran que la lucha debe estar canalizada a través de representantes que se den a conocer en las asambleas como militantes del sindicato a que pertenezcan, con el objetivo de «elevar la conciencia sindical de los trabajadores de Correos, tradicionalmente bastante despolitizados».

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