Celosos cancerberos
En el día de hoy acudí a la Hemeroteca Nacional, con el propósito de consultar unos diarios de hace varios años.Antes, para utilizarla, bastaba con acreditar la personalidad mediante el DNI, y se obtenía un pase. Ahora, por lo comprobado, dicho documento no pinta nada, ni aun cuando en el mismo conste la modestísima profesión de escritor, que uno, con mejor o peor gracia, desempeña.
Ahora -es decir, desde hace cuatro años, según mis informes-, cuando uno quiere consultar algún diario debe rellenar el impreso que adjunto, con las oportunas fotos, y firmado nada menos que por un director de archivo, biblioteca o museo, catedrático o equivalente (¿qué serán los equivalentes?) o un establecimiento de solvencia.
Es decir, resulta aún más difícil que viajar por España en los difíciles años de los salvoconductos. Ignoro la preclara mente que parió este papeleo. ¿Tal vez el ex ministro de Carrero? Justo es que se adopten ciertas medidas prudenciales, pero todo tiene un límite.
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