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Nuevos detalles sobre el asesinato del presidente de la Cros

En la mañana de ayer tuvo efecto en Barcelona el sepelio de los restos mortales del industrial José María Bultó Marqués, asesinado el pasado lunes mediante un artefacto explosivo colocado en su pecho. El número total de asistentes al sepelio del presidente de la Sociedad Anónima Cros se cifra en unas 2.000 personas.

Respecto a los móviles reales del crimen, así como la posible identificación de sus autores, continúa existiendo una total falta de concreción, mientras fuentes policiales mantienen una actitud de absoluta reserva. En general, los medios políticos de izquierda insinúan que sus autores se hallan en la extrema derecha, mientras que los medios políticos de derecha indican, por el contrarío, que sus autores han sido miembros de un grupo de extrema izquierda.

En el terreno de las especulaciones o informaciones de tendencia política, es de indicar que algunos medios aludieron a una llamada anónima presuntamente efectuada a un periódico de Barcelona, por la cual el Frente Revolucionario Antifascista y Patriótico (FRAP) se atribuía el asesinato. Ello fue enérgicamente desmentido a EL PAIS por Manuel Pedrosa, miembro del secretariado de la Asamblea de Cataluña, en representación del Partido Comunista de España (marxista-leninista), organización integrada en el FRAP.

En nombre del FRAP, Pedrosa afirmó: «No tenemos nada en absoluto que ver con el atentado. » Y añadió que la atribución del hecho al FRAP «podría ser una maniobra para hacer pasar por terroristas a los que propugnamos el boicot a las próximas elecciones generales».

Once días de plazo

Por otro lado, todo indica que la situación en que se encuentra la investigación no permite hacer afirmaciones de carácter político y que las investigaciones policiales se centran únicamente en los escasos elementos fácticos que se encuentran en sus manos.Sobre este particular, EL PAIS supo, de fuentes muy fidedignas y muy directas, que los asesinos entregaron al señor Bultó un croquis muy detallado de la bomba que le colocaron en su pecho, así como instrucciones también muy, precisas sobre lo que podía y no podía hacer, formas de ponerse en contacto para pagar los quinientos millones requeridos y otros detalles. Todo ello estaba escrito en unos folios mecanografiados sobre los cuales están trabajando los mejores expertos policiales.

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Entre las instrucciones que contienen estos folios -sobre los cuales hasta ahora no había trascendido su existencia a los medios informativos- destaca la prohibición de conducir coche o practicar un deporte violento, ya que ello podría activar la bomba (en cambio se le autorizaba a viajar en coche). Las instrucciones también indicaban la necesidad de que el señor Bultó se pusiera en manos de los que habían de ser sus asesinos antes de once días, para que ellos desactivaran el mecanismo de la bomba, ya que, de lo contrario, explotaría. También dentro del plazo de estos unce días tenía que efectuarse parte del pago de los quinientos millones, cuyo total tenía que ser hecho efectivo antes de veinticuatro días, fecha límite en la que la bomba explotaría irremisiblemente si continuaba pegada al pecho del señor Bultó.

También indicaron los asaltantes a su víctima que «nadie podía desactivar el artefacto», pese a que le entregaban su esquema de funcionamiento. Añadieron que «sólo hay dos personas en el mundo capaces de desactivarlo, y arribas se encuentran actualmente en el extranjero».

Contra la policía

Otras investigaciones también muy rigurosas, en vías de materialización por parte de la policía, parten del estudio de las graves heridas recibidas por el asesinado y del análisis de los pedazos de explosivo hallados. Sobre este aspecto, ya existiría una conclusión particular: el señor Bultó Marqués no falleció al intentar arrancarse la bomba, ya que sus manos no resultaron dañadas por la explosión. En cambio hay un hecho concreto que demuestra que el asesinado se estaba cambiando la ropa, al parecer manchada o deteriorada por la agresión que sufrió. Sin duda, su deseo era dirigirse a la policía inmediatamente después de cambiarse.Esta conclusión provisional ha originado otro razonamiento, consistente en la posibilidad de que los asesinos hubiesen en realidad instalado un mecanismo de relojería en la bomba, y que, creyendo que el señor Bultó se iba a dirigir inmediatamente a la policía, su pretensión fuese matarles no solamente a él, sino también a varios funcionarios. Este punto se considera de posible determinación en los próximos días, en base al análisis de los restos de¡ explosivo, lo cual determinará si existía en el artefacto un mecanismo de relojería.

Fuentes directas y responsables indicaron también a EL PAIS que la policía mostró numerososjuegos de fotografías a la hermana de la víctima y al esposo de ésta, así como a miembros del servicio doméstico. Todos ellos pudieron ver a los agresores perfectamente. Las mismas fuentes, plenamente responsables, indicaron que se había reconocido a dos otres posibles asaltantes.

Respecto a la personalidad de la víctima, una importante fuente financiera catalana manifestó a EL PAIS que «si los asesinos pretendían realmente amenazar a una persona con fuerte patrimonio, se equivocaron». En efecto, si bien la empresa Cros, SA, que presidía el asesinado, es la primera catalana en volumen de ventas y la segunda del sector químico español, la participación de la víctima en la misma era modesta, ya que obraba no solamente en nombre propio, sino también como persona de absoluta confianza de la familia Valls-Taberner. «En todo caso -afirmó la fuente- en Cataluña hay personas con patrimonio mucho mayor.»

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