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El neofascista Pozzan compareció ante los tribunales italianos

El neofascista Marco Pozzan compareció ayer ante los Jueces de Catanzaro, en el extremo sur del país.En la primera audiencia de ayer, Pozzan se negó a responder por considerarse según dijo «secuestrado» y no perseguido por un normal mandato de captura y detención.

El ex bedel de un instituto para ciegos de Padua, de 51 años, es considerado el cuarto hombre y el testigo más precioso en el proceso que se está celebrando en Catanzaro, contra el ex espía de los servicios secretos militares Jeanni Jeannettini, y los neofascistas Freda y Ventura, que con el atentado contra el Banco de la Agricultura de Milán, en diciembre de 1969, que costó la vida a dieciséis personas, desencadenaron en el país la llamada estrategia de la tensión.

Pozzan es acusado con sus camaradas de haber participado en veintidós atentados terroristas, siendo en particular el enlace más importante entre Freda y Jeannettini. Con la ayuda de los servicios secretos militares italianos; se habría refugiado en España en 1972. Por haberle procurado pasaporte, viaje gratis y refugio, tiene todavía que comparecer ante los jueces de Catanzaro el general Gianadelio Maletti, responsable entonces de una importante oficina del contraespionaje militar italiano. Precisamente ayer el citado general declaró en una entrevista que «Pozzan contaba con amistades de rango en Italia y sobre todo en el extranjero». Aunque ayer Pozzan se haya negado a declarar, se espera que en el curso de la semana lo haga. Su nombre entró en el proceso, en el llamado gran proceso de Catanzaro, a través de vicisitudes que bien pueden considerarse de novela policiaca. En 1969 un confidente reveló al comisario de pública seguridad de Padua, Pascuale Juviano, que Freda, Ventura y Pozzan, proyectaban atentados en Roma y Milán. El 6 de septiembre, cuando para el atentado de plaza Fontana de Milán faltaban todavía tres meses, el comisario citado, acusado a su vez por el juez, confirmó por escrito las citadas declaraciones del confidente.

Análogas declaraciones y los mismos nombres fueron hechos casualmente en agosto de aquel año, durante el interrogatorio, por un preso llamado Lirio Juculano. Según las conversaciones telefónicas interceptadas que Freda efectuó desde el 18 de abril y secuestradas por el juez de Treviso, Jeancarlo Stiz, Pozzan estaba al corriente de los detalles del plan terrorístico. Entonces, a raíz de las declaraciones de Pozzan, fue detenido y encarcelado Pino Rauti, que actualmente se sienta en el Parlamento en los bancos del Movimiento Social Italiano neofascista.

En el proceso de Catanzaro el fiscal público ha definido a Pozzan como el más íntimo colaborador de Freda en sus actividades terroristas. ¿Era Pozzan un eslabón de los servicios secretos que tanto el secretario del Partido Comunista, Enrico Berlinguer, como el secretario democristiano, Zacagnini, tienen la «sensación» de que estos últimos años han actuado en Italia para «desestabilizar» la situación política del país?

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