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Bassols: "La adhesión a la CEE es nuestro objetivo final"

«La adhesión es nuestro objetivo final hacia Europa», declaró Raimundo Bassols, embajador de España ante la CEE, en el curso de las negociaciones entre España y la Comisión Europea, destinadas a la adaptación técnica del Acuerdo de 1970 y definir las modalidades para una futura negociación.

Por vez primera, el representante de España ante la CEE eleva la negociación a su justo nivel político. A pesar de recordar las lógicas dudas para que Madrid acepte la idea de una adaptación del Acuerdo en dos etapas (nada, garantiza que en otoño los italianos hayan cambiado de actitud en relación con una oferta agrícola hacia España), Bassols insistió ante los comunitarios por la finalidad del proceso: la integración total de España al Mercado Común.La tesis, felizmente apoyada por un proceso hacia la democracia en España, abre camino entre los comunitarios. Aunque no hay resultados concretos de un cambio de actitud, por lo menos coloca a los Gobiernos de la CEE ante sus propias responsabilidades. ¿Quieren apoyar la democratización española?, que no hundan, entonces, la situación económica, con normas drásticas que dificulten el comercio español con dirección a la CEE.

Los comunitarios aceptan un. paréntesis de reflexión y prometen dar una respuesta a los españoles el próximo 27 de este mes, en el curso de nuevas negociaciones.

La táctica a esperar, por parte de la CEE, podría ser la siguiente:

1. Mantendrán su idea de adaptar jurídicamente la aplicación del Acuerdo de 1970, válido para los seis países fundadores de la CEE, a la actual CEE ampliada, con la entrada, desde enero de 1973, de Gran Bretaña, Irlanda y Dinamarca.

2. Ofrecerán la prolongación del statu quo para los productos agrícolas españoles comercializados en Gran Bretaña, Irlanda y Dinamarca, hasta la negociación de una extensión económica, en otoño, del acuerdo.

3. Adelantarán garantías formales de que en otoño, con una posible acta de candidatura española de adhesión a la CEE sobre la mesa, la! cosas serán más fáciles y habrá contrapartidas agrícolas e industriales, por ambas partes.

«El ambiente de la reunión demostró una voluntad de construir y no de destruir», dijo el embajador Bassols. Idea que corroboraron miembros de la delegación comunitaria, dirigida por Roland de Kergorlay, director general adjunto de Relaciones Exteriores de la Comisión Europea. Nadie quiere, pues, romper lia baraja en unas negociaciones que, si todo sale como está previsto, se convertirán pronto en negociaciones de adhesión.

«La idea de la adhesión flota en el ambiente», añadió Bassols. Esto no le impidió. mostrar sus reservas, recordando en su alocuciónante los comunitarioi las declaraciones contra una adhesión de España a la CEE, procedentes de distintos organisirios u hombres políticos europeos. Aludió -sin citarlos- a las últimas declaraciones del líder socialista francés Francois Mitterand y a las del ministro ital.iario de Agricultura.

De Kergorlay respondió que los «problemas técnicos» existíeron también durante las negociaciones de la CEE a seis, con Gran Bretaña, Irlanda y Dinamarca.

En resumen, como siempre aunque con una proyección de futuro mucho más clara, españoles y comunitarios se separaron sin conclusiones concretas. Habrá que esperar la reunión del 27 de mayo. La firmeza de Bassols en su alocución debería servir de base de reflexión para los comunitarios. Sobre todo si desean ayudar -como dicen y repiten desde siempre- la vuelta de una democracia en España.

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