El Atlético ofreció otra pobre imagen
El Atlético ha confirmado esta noche en Sevilla su caída en un profundo bache de juego, de fe, e incluso de condición física. El Sevilla ante él, jugó un partido bonito, lucido, y relativamente sencillo, con fruto de dos goles en la primera parte. En la segunda mitad, el Sevilla acusó el derroche físico de la primera y eso le impidió marcar más goles.
El Atlético se presentó en el Sánchez Pizjuán con la baja voluntaria de Ayala, habitualmente uno de sus hombres básicos, y la obligatoria de Pereira, inhabilitado para la Copa por ser extranjero. Sea por estas dos bajas o porque, a todas luces, el equipo entero se ha venido abajo, el caso es que el Atlético ofreció en el campo de¡ Sevilla una de sus versiones más pobres. El esquema de juego fue el mismo de otras veces. Por delante de la defensa de cuatro hombres se colocaba una línea de dos medios, Alberto y Salcedo, con doble tarea de contención de los centrocampistas rivales, y creación de los contraataques atléticos. A ellos les ayudaban, aunque algo adelantados Leal y Bermejo, los dos con libertad para incorporarse al ataque en ayuda de Rubén Cano y Aguilar, los dos jugadores estrictamente de punta. El esquema queda dicho, era el mismo de otras veces, pero no funcionó igual, ni mucho menos. Los hombres que anoche alineó Luis no supieron servir a esa idea táctica que tantos provechos le ha dado al Atlético últimamente.
Alberto y Salcedo se mostraron muy lentos, con exceso de parsimonia, y Bermejo y Leal rara vez se movieron por las zonas en que su presencia era más oportuna. Esto hacía que el juego del Atlético no existiese como tal y que toda: su posible ofensiva se limitase a algunas galopadas de Aguilar y al oportunismo de Rubén Cano. Este, además, parece haber perdido la inspiración desde la convocatoria de Kubala y, entre unas cosas yotras Paco, el popular meta sevillista, pudo disfrutar de una noche tranquila. El Atlético no disparó a puerta ni media docena devecos. Su juego sólo mejoró, y muy ligeramente, cuando en el segundo tiempo, Robi, sustituto de Alberto, le dio mayor dinámica a la media, a favor del cansancio del Sevilla. También en el segundo tiempo se produjo el debut del extremo Rubio, segunda presentación de un nuevojugador rojiblanco en cuatro días. Poco pudo hacer.
En cuanto al Sevilla, supo en la primera parte aprovechar las facilidades que le ofrecía un equipo agarrotado, lento y deconfiado de sí mismo, como fue el Atlético. Rubio, ayudado por frecuentes salidas de Gallego a la media que el eje del equipo andaluz, y en torno a él todos los jugadores sevillistas actuaron en un plano destacado. La ventaja de dos goles en el descanso fue absolutamerte lógica, porque señalaba la diferencia entre uno y otro la segunda mitad, el Sevilla perdiendo gas poco a poco y entre eso y que el Atlético mejoró raramente, la superioridad se fue esfumando. El rnarcador ya no se movería, pero esos dos goles, pueto suficiente para comprometer el futuro del Atlético en la Copa. Sobre todo si no se recupera de¡ mal momerito que desde el partido de Hamburgo atraviesa y que coincide precisamente con el paréntesis de la Liga por el partido entre España y Rumania.
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