_
_
_
_

Posible conjura política en el asesinato del "premier" yemení, en Londres

Juan Cruz

El ex primer ministro de Yemen del Norte, Abdullab Al-Hajari, fue asesinado, en Londres, por un joven que también mató a la mujer de Al-Hajari y a un diplomático yemení que les acompañaba. El joven, "sucio, de unos veinticinco años" según lo ha descrito la policía, se confundió luego con los miles de árabes que visitan la capital británica estos días.

El triple asesinato pudo haber tenido móviles políticos, pero no se descarta la posibilidad de una venganza personal. Se produjo a la salida del hotel donde se alojaba Al-Hajari, cerca de Hyde Park Corner, la zona preferida de los árabes en Londres.Abdullali Al-Hajari era actualmente vicepresidente del Tribunal Supremo de su país. Había sido primer ministro de Yemen del Norte desde diciembre de 1972 a febrero de 1974. Durante ese período trató brutalmente a los oponentes de su régimen de ultraderecha, y ordenó cientos de ejecuciones en público. Se ha especulado con la posibilidad de que el asesinato haya sido cometido por el pariente de alguno de los numerosos ejecutados.

También se cita como probable causa un complot originado en Yemen del Sur, donde gobierna un régimen marxista que teme el retorno de AI-Hajari al poder en el norte.

Al-Hajari ha sido el principal oponente de la propuesta libia de unificación de los dos Yemen en una sola República. Yemen del Norte se ha comprometido a efectuar esa unificación de acuerdo con el tratado de Trípoli, de 1972.

Las relaciones de Al-Hajari con Yemen del Sur se hicieron especialmente tensas cuando nada más llegar al poder, en 1972, un mes después de ser firmado el tratado de Trípoli, hizo una serie de concesiones territoriales a sus vecinos de Arabia Saudita, con lo que se aseguró el apoyo económico que mantuvo a su régimen ultraconservador.

Las concesiones fronterizas que hizo Al-Hajari indignaron a los dirigentes de Yemen del Sur, que consideran que Arabia Saudita se había apoderado con anterioridad de lugares fronterizos que no le correspondían.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Al-Hajari había sido, durante la guerra civil que terminó en Yemen del Norte en 1969, un activo luchador en favor de la causa de los antiguos emires, en contra de otras facciones socialistas o republicanas. Estuvo en el exilio tras la guerra, hasta 1970, cuando volvió a su país. El exilio lo pasó en Arabia Saudita, con cuyo rey de entonces, Feisal, consiguió entablar una buena amistad. Cuando fue nombrado primer-ministro se comprometió a respetar el tratado de Tripoli, pero todo lo que. hizo fue permitir la expansión de Arabia Saudita. Cuando su actitud estuvo a punto de causar una guerra abierta entre el Norte y el Sur, fue depuesto y sustituido por Hassan Makki, ex ministro de Relaciones Exteriores. En junio de 1974, un golpe militar de la actual Junta restauró la política de Al-Hajari, y le dio al anterior primer ministro un importante puesto.

En Londres, ÁI-Hajari se había entrevistado estos días con el nuevo rey de Arabia Saudita, Khaled, que se halla convaleciente. El paralelismo de sus contactos actuales con los que mantuvo antes de ser primer ministro es el que ha hecho pensar en un complot de Yemen del Sur para deshacerse de tan influyente personaje, que siempre se ha opuesto a la unión de las dos Repúblicas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_