Aún habrá Liga
Hoy, domingo, el partido del día se juega en el Estadio Sánchez Pizjuán, de Sevilla, entre el titular y el Atlético de Madrid. Ya comienza a ser singular que tanto este encuentro como el de Málaga se jueguen por la mañana en atención a los ritos procesionales de la Semana Santa, que comienza con el relieve especial de ambas capitales. Por eso se echa el fútbol por delante, para no mezclar las cosas. Como en las corridas de toros, la celebración matutina del fútbol saca de quicio las luces habituales, las zonas de sombra conocidas y dan lugar a partidos raros y extravagantes. Pero la tradición manda y hay que reconocer que entre la de la Semana Santa sevillana y la del fútbol, la antigüedad es un grado. Así, pues, por la mañana, el «furbó» , que es como definía Miquelarena el fútbol en versión andaluza, y por la tarde, las cofradías, los capirotes, los pasos, las saetas y el resto de la escenografía penitencial.Y el caso es que el partido de Sevilla, aun sacado de su quicio habitual, puede ser decisivo para la Liga en la cabeza. Consciente de esa importancia, se ha escrito que el Barcelona ha agitado el alhiguí de un millón de pesetas para los jugadores andaluces si consiguen la victoria, porque si después del domingo, a falta solamente de media docena de encuentros, el Atlético siguiese llevando al Barcelona cuatro puntos, la incógnita del título de campeón sería tan tenue como la que recubre las elecciones presidenciales de México cuando el PRI presenta el «tapado». Leí en una entrevista que le hacían a Robi un resumen exacto: en la hipótesis de que siguiera tras el domingo la misma diferencia de ,cuatro puntos lineales -dos positivos-, el Barcelona necesitaría once puntos de los seis partidos que le quedasen, con visitas a Valencia, San Sebastián y Elche. Con uno menos de once, y con que el Atlético ganase en su campo a la U. D. Las Palmas, al Rácing santanderino y el Valencia ya le podían echar un galgo.
Esto contando que hoy gana sen ambos equipos que se han quedado como contendientes únicos para el título de campeón allá en la cabezota de la Liga. Que el Barcelona supere al Zaragoza a pesar de lo menesteroso de puntos que se halla el club del Ebro, parece cosa probable, por que tan necesitado de puntos, aunque por la otra banda, se halla el Barcelona. Vamos a darle, pues, los puntos al club azulgrana y. a disponernos' a presenciarlo por la televisión. Si ahí hubiese sorpresa, no habría que hacer si no avisar al juez de guardia para que levantase el cadáver de las ilusiones del «Barça». Pero no puede ni debe haberla por la cuenta que les trae a los que manejarán al guiso del partido, los «boys» de Michels, en cuya comunidad es bien improbable que figuren Rexach y Marcial. No así Neeskens, que ha usado de la ironía y no la cachiporra en sus comentarios a la multa de cien mil pesetas, diciendo que es demasiado.
Pero esto es lo probable. Lo dudoso está en Sevilla, en donde el Atlético jugará algo como una semifinal en campo ajeno. Y la llamamos semifinal porque no nos gusta el patetismo de las «finales anticipadas» y porque del Sánchez Pizjuán, pase lo que pase, no saldrá aún el campeón. El Atlético tiene un partido difícil de por si y_ si se halla bajo estimulantes, todavía más. Carriega es entrenador práctico y duro y dispondrá las cosas de manera que halle el Sevilla de los muchísimos empates el resquicio para no sumar uno más a la lista tan larga ya como las de su paisano Don Juan Tenorio. Tiene a Scotta en la punta, que sabe meter goles, aunque sus rachas sean discontinuas, y sabe que el Atlético va a jugar su conocido y hasta ahora más bien afortunado juego de base retrasada y contraataque. Tiene a su equipo hecho a este aire y tiene a Pereira en la zaga. Con todo, no es de creer que la cosa sea fácil, ni mucho menos. Si sacase el equipo expedicionario un empate, sería ,un magnífico, resultado. No sale vencido de antemano, pero es más arduo, vista la trayectoria del Sevilla, tenerle como vencedor. Es para el Atlético salida más difícil en teoría que las de Burgos y Zaragoza, a pesar de la necesidad de puntos que aflige a los clubs de estas capitales e incluso a su visita a la «boutique d'en face», que regenta Bernabéu.
No, la Liga no se va a acabar ni a aproximarse a su fin y remate en la cabeza hoy, domingo, entre la mañana de Sevilla y la noche televisiva de Barcelona. .
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.