Un estado cargado de tensiones
Con una s uperficie de 1.284.000 kilómetros cuadrados, la República de Chad cuenta con una población de cuatro millones de habitantes, de los que el 70% viven de la agricultura. Las exportaciones, de algodón en un 70%, apenas cubren el 50% de las importaciones, lo que ha ido originando una pesada deuda exterior que en la actualidad se eleva a más de 14.000 millones de pesetas. Ultimamente, parecen haberse descubierto en el norte importantes yacimientos de uranio.Desde la independencia, en agosto de 1960, la historia del Chad ha estado cargada de tensiones como consecuencia del enfrentamiento entre el norte, de población pastoral y nómada, fuertemente islamizada, y el Sur, agrícola y sedentario, con una minoría educada en Europa, que hasta el momento ha impuesto su predominio.
En 1966 se funda el FROLINAT (Frente de Liberación Nacional del Chad), movimiento unificador,que agrupaba a diversas religiones y tendencias políticas. Operando principalmente desde la provincia de Ennedi, en el noreste del país el FROLINAT afirma controlar cerca de la mitad del territorio nacional y el 40% de la población.Desde el 13 de abril de 1975, en que un golpe de Estado acabó con el Gobierno, y con la vida, del presidente Tombalbaye, el país está dirigido por un Consejo Superior Militar, órgano supremo del Estado, a cuyo frente se encuentra el general Félix Mallourn, que es a su vez presidente e a epu ica. as grandes esperanzas que despertó, en un principio, el nuevo régimen se han visto hasta el momento defraudadas, ya que, por una parte, las dificultades económicas parecen haberse agravado y por otra, el Gobierno ha tenido más éxito que los anteriores en la lucha contra los rebeldes. Tampoco ha conseguido la «reconciliación nacional» que propugnaba.
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