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lberia aborda su reestructuración empresarial y financiera

La compañía española de líneas aéreas, Iberia, está necesitada de una nueva estrategia empresarial y financiera que ha sido puesta en marcha por el nuevo presidente de la compañía, Manuel de Prado, tal y como anunció en su intervención en la Junta General de Accionistas celebrada ayer en la sede del INI. La intervención, que supuso una crítica a la gestión anterior y un aviso a la situación a que estaba llegando la sociedad, con unas pérdidas de 803 millones en el pasado ejercicio.

Manuel de Prado manifestó que del análisis realizado cuando fue nombrado presidente, llegó a la convicción de que el esquema orgánico de la alta dirección era excesivamente amplio y dificultoso para lograr la eficacia de su gestión. A esta conclusión se llegó al comprobar que la Dirección General no podía en forma alguna tener agilidad en su funcionamiento si el cuadro directivo no quedaba reducido al número mínimo necesario que pudiera integrar un Comité de Dirección flexible y coordinado.De igual manera, se comprobó la necesidad de crear una unidad de control general, un riguroso análisis del presupuesto, una mejor y más adecuada aplicación de los recursos, una calificación ordenada de las inversiones y una permanente vigilancia del gasto.El presidente de Iberia se mostró preocupado por la necesidad de reducir el gasto, para lo cual se han adoptado medidas en lo que se refiere al ahorro de consumo de productos energéticos. En el mismo orden de cosas, se ha puesto en marcha un control estricto de inversiones, en general, y de un modo particular de aquéllas que no sean productivas; en breve se efectuará una reducción de los presupuestos en aquellos conceptos susceptibles de minoración.

En el presente ejercicio comenzará a desarrollarse una estrategia financiera coyuntural que puede tener influencia en los resultados y permitirá, a medio plazo, una mejora de las estructuras financieras de la compañía.

Otro de los puntos que están siendo abordados hace referencia a potenciar la colaboración entre las cinco empresas del sector aéreo existentes en España, con objeto de promover nuevos planteamietos en las acciones comunes con la Administración Pública.

Manuel de Prado propugnó la necesidad de que la compañía entre en otros campos y áreas geográficas hasta ahora insuficientemente utilizadas por Iberia. «Nuestra red doméstica demanda la apertura de nuevas líneas -señaló el presidente- debemos enfrentar nuevos tráficos a países del norte de Europa, Europa Occidental y Próximo y Lejano Oriente.

En este sentido, se ha propuesto al INI una reforma estructural y está en proceso el estudio analítico de mercados, la potenciación de la organización territorial, la descentralización progresiva y la captación de flujos de tráfico que no se limiten únicamente a los ya tradicionales en Iberia.

Otra del las grandes preocupaciones del presidente de Iberia está relacionada con la necesidad de la compañía de mejorar su imagen cara al público, imagen que en los últimos años ha comenzado a deteriorarse. En este sentido, se van a abordar diferentes programas, que van desde la mejora de la calidad al incremento del porcentaje de publicidad, pasando por mil pequeñas reformas y cambios, que como el del nombre -el nuevo propuesto es el de Real Compañía de Lindas Aéreas de España, Iberia- intentarán mejorar la imagen. Por primera vez, Iberia cerró un ejercicio con unas pérdidas evaluadas en 802,9 millones de pesetas, que se razonan por la subida de carburantes, la suspensión de líneas a México, la situación anómala del control del espacio aéreo, los acontecimientos políticos internos de España, que desembocaron en el bloqueo internacional,y la crisis económica.

Intervención de Giménez Torres

El presidente del INI -que controla el 98% de Iberia- se mostró de acuerdo con las directrices marcadas por el presidente de Iberia. En este sentido apuntó la necesidad de adecuar sus medios a los previsibles aumentos de tráfico de los mercados; poner el mayor esfuerzo en el transporte de mercancias; desarrollar una política de mejoras, tanto de su estructura orgánica, como de su imagen; extremar al máximo el rigor en su administración; poner un extremado cuidado en las liquidaciones con la Administración española de las operaciones internacionales, y mantener estrechos contactos con la Administración.

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