Lise Marie Morerod ganó la copa del Mundo

La suiza Lise Marie Morerod ganó ayer el slalom gigante femenino de las pruebas finales de la Copa del Mundo que se celebran en Sierra Nevada. Con esta victoria, la suiza se asegura al igual que lo hizo el sueco Stenmark en varones, el triunfo final en esta Copa del Mundo. A falta de una prueba puntuable, la Morerod cuenta con 319 puntos, por 246 de la Proell, segunda clasificada. En la anterior edición la Morerod fue segunda tras Rosi Mittermaier, a unos setenta puntos. La nueva campeona invitió un tiempo de 1-33-38 para franquear las 64 puertas de un recorrido de 1.650 metros y cuatrocientos de desnivel. El segundo lugar fue para la austríaca Eberle (1-34-55). La Proell se clasificó en cuarto lugar con 1-35-31, y Montserrat Puig fue la primera española clasificada en el vigésimo primer lugar, con un tiempo de 1-37-74.Hubo algunas sorpresas

La primera prueba en Sierra Nevada, el gigante femenino, deparó algunas sorpresas.

Aparte de la ganadora, la suiza Morerod, que ha dado un gran ejemplo de pundonor deportivo, pues no necesitaba exponerse mucho para ganar la Copa del Mundo y, sin embargo, bajó para ganar o descalificarse, ciñéndose milagrosa mente a las banderas y con un sentido extraordinario del deslizamiento lo verdadera mente digno de elogio fue el se gundo puesto de la austriaca Eberle que, saliendo en segunda serie, descendió con gran seguridad, sin ningún tipo de complejos ante los «monstruos sagrados» que la habían precedido- En el tercer puesto nos encontramos con Ursula Konzett, de Liechtenstein, esquiadora de gran potencia y equilibrio, hasta ahora casi desconocida, y que, de seguir así, dará que hablar.

La gran rival de la Morerod, la autríaca Kaserer, bajó como sin ganas, desangelada, quizá influida por el magistral descenso de la helvética. El resto de las corredoras no hicieron nada de especial. La Proell, con demasiada potencia, que la frena en los virajes; Pelen, la gran esperanza francesa, con un excelente noveno puesto, y Montserrat Puig, con el estilo y la garra de toda su familia (recuperándose maravillosamente de un desequilibrio a mitad de carrera), superando a corredoras de talla, pese a salir la última.