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Entrevista:

Wilson y Múgica Arregui hablan de la amnistía y la situación penitenciaria española

Los últimos sucesos ocurridos en la prisión provincial de Carabanchel como respuesta a las reivindicaciones que mantenían los presos comunes, obliga a considerar que es preciso reformar el sistema penitenciario español. A este respecto, ofrecemos unas declaraciones concedidas a EL PAIS por dos testigos de excepción dentro de las cárceles españolas, los miembros de ETA Pérez Beotegui Wilson, y José Ignacio Múgica Arregui Ezquerra, procesados ambos por el asesinato del almirante Carrero.

Los dos hablan sobre la semana proamnistía vivida en el País Vasco, denuncian el estricto régimen carcelario que están obligados a soportar y reconocen que, no obstante, la situación del preso político es excepcional en comparación con las condiciones a que está sometido el preso común. El documento ha sido recogido dentro de la prisión provincial de Burgos, donde se hallan recluidos los dos desde el verano de 1975. Su caso forma parte del sumario que se sigue tras la muerte del almirante Carrero Blanco. Ambos fueron entrevistados por EL PAIS en el penal de Burgos.Habla Wilson

G. G.: ¿Cómo ve la actitud del Gobierno de cara a la amnistía y las recientes movilizaciones?

Wilson: La actitud que ha llevado el Gobierno a lo largo de este último año ha sido una actitud, por un lado, de apertura, por otro, de miedo. Hemos visto de esta forma cómo a la vez que el Gobierno habla de amnistía, la represión en Vizcaya es mayor que nunca. De todas formas, esta es una actitud natural y normal si se tiene en cuenta que el Gobierno actual es heredero de Franco. Pero ésta no es una actitud satisfactoria para el pueblo.

G. G.: ¿Cómo está la situación carcelaria actual?,

W.: La situación de las cárceles es la misma que en los tiempos de Franco o quizás peor. Respecto a los presos políticos hemos conocido claros intentos de tapamos la boca, de contentamos para que no armáramos más lío cuando hemos denunciado irregularidades. Sin embargo, la situación de los comunes es una vergüenza.

G. G.: ¿Cuál es su actitud ante este problema del preso común?

W.: Solidaridad y apoyo en lo que podemos, aunque no es mucho lo que podemos hacer.

G. G.: ¿Dentro de la prisión están separados?

W.: Sí, completamente. Aquí, por ejemplo, los comunes no pueden hablar con nosotros.

G. G.: ¿Cómo ve la situación de los presos comunes? ¿Conoce el COPEL?

W.: Sí, conozco el COPEL, la asociación que han formado los comunes para defender sus reivindicaciones. Dentro de su situación hay que ver lo que han hecho y el poco caso que les ha hecho la prensa. Los partidos políticos debían denunciar las injusticias que existen, especialmente la de la gente que es más marginada social como son los delincuentes comunes, que, aparte de todo, son víctima de la sociedad. Lo que pasa es que la mayoría de los grupos políticos está siguiendo la política de no armar lío al Gobierno, no crear problemas porque están esperando las elecciones. No creo que ésta sea precisamente una actitud revolucionaria...

Declaraciones de Ezquerra

G. G.: ¿Cuál es su opinión sobre la actitud del Gobierno cara a Ia amnistía y las recientes movilizaciones?

Ezquerra: La actitud del Gobierno es un tanto ambigua. En realidad el Gobierno, ante las consignas de las comisiones gestoras para celebrar una semana pro amnistía, ha querido paralizar toda movilización popular. Me imagino que, a estas alturas, se habrá dado cuenta que al pueblo no se le puede paralizar. En estos momentos no se paralizará al pueblo con globos-sonda, ya que no se conformará si no es con realidades concretas ante hechos. Las movilizaciones populares han demostrado clarísimamente que en estos momentos la larga lucha que está llevando el pueblo se concretiza en la liberación de los presos vascos, además de las libertades democráticas y la libertad de nuestro pueblo.

Ante esta movilización creemos que es ésta la única manera de que todos los presos políticos salgamos a la calle, haciendo así una realidad el hecho de que el Gobierno tenga que soltarnos, porque si lo hace no será por principios, o por un interés político especial, sino por la presión a que le está sometiendo nuestro pueblo.

G. G.: ¿Cuál es la situación carcelaria actual?

E.: Nuestra situación en la cárcel es parecida a la que denunciamos hace diez meses cuando fuimos a la huelga de hambre. Seguimos sin tener acceso a la prensa diaria, a las revistas políticas, incluso a la televisión. Mientras en otras cárceles es obligatorio que se pueda ver por lo menos un telediario al día, aquí está prohibido. Cuando tenemos las visitas, seguimos estando sometidos a la humillación de que nos desvistan por completo y nos registren la ropa.

En este sentido, el régimen no ha variado en absoluto. Quizás, ante la situación política de transición, algunos funcionarios más sensibilizados hacen más vista gorda a la hora del cumplimiento de algunas normas. Pero en lo que respecta a la administración, todo sigue igual. El agua que nos dan para beber está contaminada, las visitas no se nos otorgan conforme a lo que está estipulado. Yo que tengo dos hijas, debería poder estar con ellas una mañana cada tres meses, como está en la ley, pero a mí no me han dejado hasta ahora estar con ellas y llevo un año y medio de prisión.

G. G.: ¿Cuál es la situación de los presos comunes en la cárcel?

E.: La situación de los comunes es mucho más alarmante. Aquí, si en estos momentos de transición se ha mitigado un poco la situación, de los presos políticos, a los comunes no les pasa eso. El preso común no tiene ningún derecho ni posibilidad a poder reivindicar, protestar, quejarse o incluso denunciar un hecho. Al pertenecer a un sector social discriminado, por desconocimiento a veces, otras por falta de medios, no tienen ninguna posibilidad de recurrir, protestar o reivindicar. Nos hemos dado cuenta de esto aquí, cuando trajeron a los cincuenta presos comunes de Carabanchel.

Con respecto al COPEL, no tenemos gran información de lo que es, sino a través de lo que nos han dicho los familiares y lo poco que trae la prensa. El COPEL, como movimiento reivindicativo de los presos, es positivo y muy importante. Su creación va a ser un paso para que los presos sean considerados. No obstante, creo que las reivindicaciones del COPEL son sencillísimas, y parece mentira que a estas alturas se tengan que estar haciendo este tipo de reivindicaciones, pero así es.

G. G.: ¿Cómo explica la actitud pasiva de los grupos políticos?

E.: Es triste que estén cayendo en una ortodoxia en la cual el hablar contra el Gobierno y la Administración parece que está mal. Es un impedimento a las negociaciones de cara a la ley Electoral. Esta es una postura completamente desmovilizadora en la que se están dando atropellos del tipo del de los presos comunes. Porque éstos no suponen grandes votos para las elecciones. En aras de esto, a que no son rentables para las elecciones, los partidos se han callado.

Pienso que el que la Oposición esté silenciando esto, es vergonzoso, y no merece llamarse democrática una serie de fuerzas políticas que están actuando de esta manera. Mientras todos estos hechos estén completamente acallados podemos decir que hay motivos para no estar orgullosos.

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