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Automovilismo

Emilio Villota correrá en el Gran Premio del Jarama

Los grandes proyectos no admiten improvisaciones y pilotar en plan profesional un Fórmula 1, mucho menos. Hace ya más de un año que Emilio de Villota, de forma callada y con una tenacidad digna de elogio, se prepara concienzudamente para presentarse ante el público de España en el próximo Gran Premio, que ha de celebrarse el 8 de mayo en el circuito del Jarama.El intento del Gran Premio del año pasado le sirvió, sin duda, para afirmar eri su ánimo el deseo de participar de lleno en las grandes carreras. Con el viejo Lyncar, comprado en condiciones difíciles, asistió una tras otra a las puertas de la Fórmula 5000 que se celebraron en 1976 en los circuitos ingleses y muy pronto, y a medida que avanza la temporada, empezamos a recibir noticias de las progresivas clasificaciones que obtuvo en dura lucha con los consagrados en la especialidad.

Hace sólo unos días, y del circuito de Mallory Park, recibimos la buena nueva. Emilio de Villota gana la primera gran carrera de su vida deportiva, también a los mandos del viejo Lyntar, bajo la lluvia y en difícil competencia con pilotos y coches superiores. En entrenamientos del sábado, en seco, hace tercer mejor tiempo. El domingo por la mañana es el, segundo más veloz, parte en primera línea y gana bajo un diluvio a Trimer, con un Surtees Fórmula 1, y a Holland y Divina Yallyca, con los magníficos Lola de más de quinientos caballos. Esto no es producto de ninguna casualidad, Emilio está caminando por la senda correcta, creo que tenemos piloto español de Fórmula 1, para sorpresa de muchos y alegría de todos.

McLaren le entregará estos días un M-23 idéntico al que en estos momentos utiliza el campeón mundial James Hunt, Iberia, Banco Ibérico y Medinabi costean el precioso regalo. El RACE pone a disposición del equipo el circuito para entrenarse a fondo, y la nueva Federación se vuelca en las ayudas que le están permitidas. El propio James Hunt -para lo cual hicimos de vínculo- se ofrece a que Emilio le siga en la pista, para aprovechar su experiencia. El resto queda en el corazón del piloto, la buena fortuna y el gran deseo de los que amamos el automovilismo, pero por encima de todo y de lo que nos atreveríamos a llamar hispana condición. Esta vez no hay improvisaciones.

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