Incidentes antideportivos en la Ciudad Pegaso
Pobre, muy pobre, ha sido la calidad del juego que nos ofrecieron Pegaso y Calahorra. Más desafortunado en este caso el cuadro local que además de jugar en su campo es, este año, uno de los equipos punteros de la Liga. Como remate final los tristes incidentes que rodearon los últimos minutos del encuentro. Quien no haya visto el partido podría suponer que el cuadro local debió acusar las ausencias de varios titulares. Pues, bien, aunque esto sea un hándicap, la verdad es que el cuadro pegasista acusa cierto bajón en su juego, sobre todo en lo que respecta a los partidos de casa. Está en crisis su juego ofensivo, con falta de ideas claras a la hora de llevar el balón hacia puerta. Peca de excesiva aglomeración de hombres en el centro del área al jugar habitualmente con dos delanteros centros debido al apoyo de Daniel. El domingo se jugó con hasta cuatro delanteros centros siendo el único exterior efectivo el lateral Cocero. La táctica que se siguió fue la acostumbrada de bombear insistentemente balones sobre el área rival.
Por si esto no fuera suficiente, el Calahorra que no hizo nada positivo logró adelantarse en el marcador merced al fallo de Chafer, con lo cual los nervios se apoderaron de los locales que ya no dieron una a derechas. El Calahorra comenzó a perder los estribos viendo que la presión local podría obtener el fruto apetecido. De poca deportividad es intentar engañar al público y al árbitro con el intento de cambiar a un jugador que ya estaba expulsado. Pusieron nervioso al cuadro local con entradas duras e insultos. Como broche final el árbitro se vio obligado a separar a ambos cuadros al retirarse a vestuarios, tarea en la que fue ayudado por la guardia civil.
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