GRAPO: nuevo comunicado
Un nuevo comunicado de los. Grupos de Resistencia. Antifascista Primero de Octubre (GRAPO) -«no existen dudas, al parecer, sobre su identidad»- fue depositado a última hora de la tarde del miércoles en una cafetería de la calle de la Luna, cerca de una comisaría de policía. La redacción del vespertino Informaciones recibió una llamada advirtiendo que fuesen a recogerlo y posteriormente una segunda para cerciorarse de que el comunicado había llegado al periódico.
Nuestro colega daba la noticia ayer tarde, sin especificar el contenido de este nuevo comunicado que se hizo llegar al día siguiente de la rueda de prensa celebrada en la Dirección General de Seguridad y en la que se ofrecieron pormenores sobre la detención de numerosos miembros de los GRAPO y las circunstancias del secuestró de Antonio María de Oriol y el teniente general Emilio Villaescusa. Al parecer, esta nueva nota -que se califica como un reto- contiene algunas consideraciones sobre la operación policial y asegura que los GRAPO persistirán en sus acciones. Critica también la actuación de grupos izquierdistas que han acudido al Ministerio de la Gobernación para legalizarse y afirma que los GRAPO son el único grupo auténticamente revolucionano que existe en nuestro país.
De acuerdo con la nota oficial que facilitó la policía, Pío Moa sería el cerebro del grupo y el encargado de redactar los mensajes que en los últimos dos meses ha enviado los GRAPO. De acuerdo con esta tesis y supuesto que la caligrafía de este último mensaje coincide con la de los anteriores, se atribuye a Pío Moa la redacción del mismo.
Pío Moa, junto con Fernando Hierro Chomón, Eugenio Jesús Bueno de Pablos, Manuel Pérez Martínez, y Luis Torrijos Cantero, es uno de los cinco dirigentes del grupo que se encuentran fugados.
El comisario Conesa, que dirigió la operación de rescate de los señores Oriol y Villaescusa, en unas declaraciones que publicó ayer el diario ABC afirma sobre los huidos: «Lógicamente, estos grapos que han conseguido mantenerse en libertad están en España, pero escondidos, como ratas en un piso grande; pueden estar en sitios inverosímiles, donde su inteligencia les dicte, lugares «nuevos» no utilizados en los contactos anteriores. Ahora -prosigue el señor Conesa-, el esfuerzo de búsqueda y captura será mayor, pero... es necesario desarticular totalmente al GRAPO por el bien del país.»
En otro momento de la en trevista, el señor Conesa dice a la periodista Pilar Urbano: «Mire, Pilar, no he dejado de asistir ni a un solo interrogatorio, bien dirigiéndolo yo mismo, bien observándolo; no me gusta jurar, pero con toda seriedad: ¡le juro por mi alma que no se ha seguido más técnica que la del diálogo! Dialéctica, conversación, vuelta y revuelta sobre los mismos temas, sobre las mismas cuestiones. Le doy mi palabra de honor de veterano policía -añade- que no se ha tratado. mal físicamente a ninguno de los detenidos.»
Roberto Conesa explica luego cómo él mismo interrogó a Enrique Cerdán y hace la siguiente descripción «Enrique, hombre -le decía-, lo tienes todo perdido. Esta operación ha naufragado. Ya no hay GRAPO que valga... Estáis derrotados. ¡Vamos a salvar a este hombre mayor que ha sufrido muchos días en su encierro ... ! Y le iba dando «caladitas» de un cigarro -porque le teníamos esposado, que ésta es otra anécdota-. Le puse entre la camiseta y la camisa, sobre el pecho, una foto en color de su mujer y de su hijo.» Y prosigue el relato del señor Conesa: «A veces hemos dudado de que tengas corazón. Hemos pensado qué especie de fiera serías... Pero -si tienes sentimientos, ahí te pongo a tu mujer y a tu hijo para que le den un poco de calor a tu corazón, hombre... ¡Que todavía puedes hacer algo bueno ... !
Y Cerdán -termina el señor Conesa- habló a tiempo y pudimos rescatar a Oriol.»
Casi al final de estas mismas declaraciones, el comisario que ha dirigido las operaciones hace esta afirmaciún: «El saber que eran grapos los autores había eliminado a casi 35 millones de españoles sospechosos. Ese «casi», un reducido púñado de hombres, era la base sobre la, que estábamos indagando.»
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