Internacional Socialista y socialdemocracia
Catedrático de Política EconómicaUna típica pregunta en la vida política española es por qué la moderada socialdemocracia europea vino al congreso y apoya al PSOE renovado, partido que se autodefine como marxista, revolucionario y de clase. Creo que este tema merece un análisis detallado. En mi opinión, existen tres razones que apoyan esta posible contradicción.
La primera es de tipo histórico. Muchos de los actuales partidos socialdemócratas del centro y norte de Europa tienen sus orígenes en partidos socialistas de carácter más o menos marxista. En épocas pasadas, su grado de cercanía a las posturas que tenla el PSOE español eran mucho más acentuadas que en la actualidad. La Internacional Socialista tenía entonces un carácter más homogéneo.
En segundo lugar, todos estos partidos tienen, por lo menos, dos alas, una auténticamente socialdemócrata, que es la que suele controlar el partido, y otra más socialista y minoritaria. Ante esta minoría más a la izquierda, es un argumento útil recordar que se pertenece a la misma Internacional que partidos marxistas mediterráneos.
Quizá podríamos profundizar más al respecto. Aunque pueda parecer «rizar el rizo», realmente en la socialdemocracia, centroeuropea y nórdica se podrían llegar a distinguir hasta tres corrientes:
- La primera, en general cláramente mayoritaria, es social-demócrata estricta. (Recordemos, por ejemplo, los casos de Gran Bretaña y Alemania). No tiene inconveniente en aliarse con los liberales (Alemania), cuando lo estima necesario como «opción de poder».
- La segunda se autodefine como socialista, aunque no marxista. (Piénsese en un Foot, en el laborismo inglés).
- La tercera tiene una mayor influencia marxista, aunque se mantenga dentro de la socialdemocracia por falta de alternativas reales (parte de los «Jusos» en Alemania, por ejemplo).
Esta triple diferenciación nos permite profundizar más en las divisiones ideológicas en diversas partes de Europa. Por ejemplo, en Suecia, la segunda postura ha tenido muy recientemente una influencia excepcional -mayor que en épocas anteriores- dentro de su partido. Esta ha sido una de las razones de su fracaso electoral, porque el país es profundamente socialdemócrata, pero dentro de la primera corriente. En Francia, el socialismo está compuesto por las corrientes segunda y tercera: la primera -la estrictamente socialdemócrata se divide en dos partes, una que apoya a Mitterrand y otra a Giscard (la postura socialdemócrata respecto a Mitterrand es a menudo crítica: como es sabido, personajes prominentes de la socialdemocracia alemana declararon en las últimas elecciones que en Francia votarían por Giscard). En Portugal, el Partido Socialista de Soares pertenece, en general, a la segunda corriente, lo que ha llevado a que la socialdemocracia de este país sea estrictamente de la primera, incluso con un ala moderada que es más bien «liberal-reformista». En Italia, la socialdemocracia es una combinación de las dos primeras corrientes, pero se encuentra estrangulada (últimamente es el propio socialismo el que está estrangula do por lo moderado del «eurocomunismo»').
En España, las tres corrientes están claras. La tercera -márxista- está formada por el PSOE, el PSP y la FPS, que, de alguna manera, acabarán confluyendo. La segunda es un ala especial de la socialdemocracia, cuyos miernbros se encuentran más «cómodos» autodefiniéndose como socialistas; es el caso del partido que dirigía Pallach en Cataluña, que se lanzó a crear el Partido Socialista de Cataluña; del Partido Socialista Democrático Español, la mayoría de cuyos afiliados se definen como socialistas y no aceptan la denominación de socialdemócratas; el de Cantarero (dicho sea de paso, un político de gran honestidad personal), que se consideta a la izquierda de la socialdemocracia por incorporar la «carga utópica» del socialismo; el de una parte de la Federación Socialdemócrata, etcétera.
La vía socialdemócrata, en el sentido estricto de la palabra, es amplia en España, y una buena parte de sus personalidades más destacadas pertenecen a ella Francisco Fernández Ordóñez, Luis González Seara, Rafael Arias, Arturo Moya., Sanz Pastor, etcétera, han tomado la opción del Bloque Socialdemócrata, que tiene esta orientación y que incluso negocia una alianza con el Centro Democrático, formado por liberales y democristianos. De manera parecida, Jordi Pujol, en Barcelona, se relaciona con los liberales de Trías, etcétera. En la propia Federación Socialdemócrata siguen existiendo en diversas regiones personas de gran valía estrictamente socialdemócratas. Pero su situación personal será cada vez más dificil si, como es de esperar, la federación tiende hacia posturas de la segunda corriente, la que se autodefine como socialista, porque corno decía Dionisio Ridruejo, uno tiene que estar en el partido en el que se encuentre «menosincómodo».
Al principio de este artículo hemos hablado de tres razones que explican una Internacional Socialista europea formada por socialdemócratas en el Norte, ypor socialistas, en gran parte marxistas, en el Sur. Me he extendido en la segunda razón y de ella se desprende directamente la tercera. La Internacional Socialista optó también por el PSOE -partido más consolidado y con mayor visión política en aquellos momentos- porque la socialdemocracia no supo presentarse como un conjunto homogéneo y unido tras las escisiones de USDE. Aquí fue decisivo un factor personal: la muerte de esa gran figura que fue. Dionisio Ridruejo. Con él -que se autodefinía en la línea socialdemócrata estricta, incluso en el enfoque liberal dela socialdemocracia- ésta, hubiera permanecido unida en sus diversas corrientes. No es esta tercera razón la más importante recuérdese que Dionisio llegó a plantearse la posibilidad de que, su socialdemocracia entrase en la Internacional Liberal, aunque adecuadamente lo rechazó por encontrarlo demasiado a la derecha), pero sí es cierto que una socialdemocracia conjuntada por su figura hubiera negociado mu,cho mejor con los socialdemócratas europeos.
Comentando estos temas con algunos amigos militantes del PSOE presentaron la siguiente réplica: las socialdemocracias, nórdichs tienen base, obrera; sin embargo, en España es el socialismo marxista quien puede tener más base al respecto, luego es lógico que se unan entre ellos. Lamento disentir de este arguínento de clase. En primer lugar, llevado a sus extremos, siel PC, a través de Comisiones Obreras, tiene más base encuadrada que el PSOE a través de UGT, debería ser el «eu.rocomunismo» el lógico miembro de estaInternacional. En segundo lugar, siendo coherentes con este enfoque, el sindicalismo norteamericano, que está a la derecha del Partido Demócrata, debería también formar parte de ella. Seamos consecuentes: se trata de una Internacional ideológica, y no de clase. La clase obrera occidental ha pasado de la izquierda relativamente radicalízada a la socialdemocracia, incluso a posturas cada vez más moderadas, según el grado de desarrollo del país. Por otra parte, la social. democracia en Euro ,pa ha obtenido el poder sólo después de convertirse, en un partido interclasista con una gran masa de votantes de clase media e incluso de clase alta intelectual. Todo ello demuestra lo confuso de la unión entre solcialdemócratas moderados (de la primera delas tres corrientes citadas) de la Europa central y, nórdica y marxistas del Sur. (Es de destacar, en todo caso, que si bien Willy Brandt vino a España por su cargo de presidente de la Internacional, no lo hizo- Schmidt, más moderado que él, y que está en el poder; ni Callaghan el laborismo inglés envió. a su izquierda Foot. ; ni siquiera el portugués Soares, etcétera).
Acabemos este.artículo con una nota de optimismo: creo que España es básicamente socialdemócrata en el sentido estricto de la expresión: es demócrata tras cuarenta años de autoritarismo y desea una transformación social, dada la injusta herencia en, el reparto de la renta, la riqueza y el poder social, sin que tampoco esté más a la izquierda por su fuerte sentido de estabilidad dentro del cambio. Simultáneamente ocurre que una buena parte de los miembros de la «clase política» quieren colocarse más a la izquierda de donde realmente están. Creo que este último fenómeno es transitorio y que su superación, unido a la moderación del «eurocomunismo», ayudará a la unión de socialdemócratas, socialistas dernocráticose incluso de una parte de los miembros de los actuales PSOE, PSP y de la misma FPSI dentro de una gran socialdemocracia que sea una verdadera bpción ética de poder.
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