_
_
_
_
_

En Salamanca, el Atlético no fue el "pupas"

El «pupas» no fue tal en Salamanca. Cuando el Atlético de Madrid se encontraba en los últimos minutos del partido entregado y agradecido porque sólo perdía por la mínima, consiguió el empate. Al principio lo intentó todo, incluso el jugar en El Helmántico de tú a tú a su rival sin ninguna precaución defensiva extraordinaria. Eso fue lo que perdió a los madrileños. El Salamanca, en eso de jugar al fútbol demostró ser el mejor.Desde el comienzo Salamanca y Atlético de Madrid adoptaron la misma táctica sobre el campo En la retaguardia, tres defensas marcadores y un libero, en la media tres hombres creadores y en punta, los encargados de lograr algún gol. Los rojiblancos jugaron este simple sistema confiados en su técnica; los charros, además de esta que no es poca, con velocidad. Entre dos fuerzas en principio iguales la balanza se inclinó inequívocamente hacia el lado que más virtudes tenía sobre el plato. El equipo ambicioso era el Salamanca; el conformista, el Atlético.

No extrañó que pronto los locales adquirieran ventaja en el marcador. A pesar de que el fenómeno Alves estaba ferreamente marcado por Marcelino, el Salamanca tuvo ingenio para que el juego naciera de otro jugado cualquiera y agallas; su central Juanjo, hombre que dejó escapar el Atlético a los diecinueve años, fue el que buscó el gol.

El Atlético de Madrid no se esforzó en demasía por buscar el empate. La lesión de Aguilar antes de la media hora, producida por él solo y que resultó ser un esguince, mermó sin duda las posibilidades, de su equipo; Bermejo fue sólo una volundad sobre el campo. Pero cuando se llegó al descanso los madrileños sólo habían intentado cuatro veces el disparo a puerta y sin aparente peligro.

Por contra, el Salamanca puso en aprietos a la defensa rival en numerosas ocasiones. Galleguillos intentó ser el ariete rematador de los servicios de sus compañeros pero su juego no es ese el beneficiado fue el Atlético que hizo suyos la mayoría de los balones perdidos en el área, lo que proporcionó lá ventaja de ordenar su juego desde atrás, en el que brilló Leal, sólo hasta mediada la primera parte. Después Alberto y Robi, este con un afán desmedido que llevó al enfado al propio público salmantino, se encargaron de la creación del juego.

En la segunda parte, el Atlético intentó remediar su poca capacidad de remate y lo prodigó en los primeros diez minutos, pero el Salamanca, lejos. de defender su ventaja, afrontó la batalla y ridiculizó a su rival. Desde el minuto 55, los madrileños se vieron desbordados una y otra vez y en donde Capón se llevó la palma, pues se pasó el encuentro corriendo detrás de los delanteros. Pereira fue el que capeó el temporal, pero también la fortuna se alió con su equipo. A los 59 minutos Capón salvó bajo los palos un cabezazo de Juanito y a los 75 el poste rechazó el tiro de Alves tras una pequeña meleé facilitada por un fallo de Reina ante Juanito.

El Atlético de Madrid lo pasó muy mal en esta fase. El segundo gol. se veía llegar porque su impotencia se hacía manifiesta. Prueba de ello es que en esta segunda parte no intentó el disparo a puerta durante veintiséis minutos. La defensa charra se había hecho con sus pares y sólo en una ocasión tuvo que recurrir a las marrullerías, cuando a falta de once minutos Lanchas empujó discretamente a Bermejo dentro del área.

El Salamanca realmente se embebió en su juego y fue su ambición y su nobleza lo que le hizo perder un punto. En los últimos minutos, más que dedicarse a dejar transcurrir el tiempo hasta que el colegiado señalara el final del partido, buscó un nuevo gol. Este llegó en cambio a favor del otro equipo. Faltaban treinta segundos y en un córner puede pasar de todo. Rubén Cano tuvo el acierto de encontrar el balón y convirtió al Salamanca en el nuevo «Pupas», porque por su manera de jugar, acentuada moral y entrega constante, estuvo más cerca el Salamanca de conseguir la goleada que el empate que al final registró el marcador. Pero, en cualquier caso, bienvenido sea este empate para el Atlético, pues el cuadro de Luis, gracias a él, se mantiene a la misma distancia del Barcelona. El partido que ambos equipos han de disputar el próximo día 27 en el Camp Nou resultará decisivo sólo en el caso de que hasta entonces el Atlético consiga no proporcionar nueva ventaja al club catalán.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_