Acuerdos entre sindicatos y patronos en Italia

CORRESPONSAL, Sindicatos y patronos italianos han llegado después de dos meses de negociaciones y de múltiples recomendaciones del Gobierno Andreotti a un acuerdo o pacto social que regule las relaciones laborales en los próximos meses.

La Federación Industrial Italiana (Cofindustria) y los sindicatos han firmado un pacto del , que se espera una mejora de la productividad mediante la reducción del absentismo, la promoción de la movilidad laboral, a y la reducción de algunos costos salariales.Un portavoz de Cofindustria dijo no obstante que no se había podido evaluar todavía con exactitud la repercusión del pacto sobre los costes salariales.

La previsión de crecimiento de los salarios italianos este años se había cifrado inicialmente en en un 25 %, porcentaje que resultaba cuatro veces superior al comparativo de los principales países industrializados de Occidente.

El Gobierno procederá ahora a evaluar el pacto para decidir posteriormente, si son necesarias medidas adicionales que mejoren aún más la competitividad de la industria italiana.

Los economistas subrayan, sin embargo, que si bien el pacto social industria-sindicatos a constituye un paso importante en las relaciones laborales, sus plenos efectos sólo podrán conseguirse en el seno de una economía en expansion.

El pacto suspende la aplicación automática de la escala móvil sobre el plus de antigüedad y las remuneraciones de las clases pasivas, pero, por lo demás, no altera en modo alguno el sistema propiamente dicho de la escala móvil que hace subir los sueldos a tenor con el aumento del coste de la vida.

Establece la conversión de siete días festivos este año en laborales, con su correspondiente retribución; una modificación de los turnos de trabajo para absorber el paro; una mayor movilidad interna del empleo; controles sobre las horas extraordinarias y el pluriempleo y un ataque contra el absentismo.

Los sindicatos reconocen que estas medidas no son suficientes para combatir la inflación. El presidente de los empresarios, Guido Carli, se declara satisfecho en los modos, pero no en el contenido. La gravedad de la situación económica es tal que algunos políticos, como concretamente los republicanos, siguen insistiendo en que de la crisis no se sale con acuerdos bilaterales de las partes sociales, sin que intervengan el Gobierno y el Parlamento.

El presidente de honor del Partido Republicano, Ugo la Malfa, ha dicho en seguida que la reducción del costo del trabajo concertada no es suficiente para salir de la crisis y ha convocado urgentemente una reunión de su partido. La cumbre de líderes de los grupos parlamentarios, programada para ayer, como contrarréplica a la «cumbre» de secretarios de partido que solicitaba la izquierda, ha sido aplazada hasta la semana que viene. Lo mismo ha hecho el Consejo de Ministros que tenía que haberse celebrado ayer.

Lo que importa es, como señalaba el líder de los diputa dos democristianos, Flaminio Piccoli, que las partes sociales solucionen sus problemas entre sí, sin implicar al Gobierno y al Parlamento.

Mientras la Cámara discute sobre el orden público y la propuesta de Andreotti de condenar a cadena perpetua a quien cometa secuestro de niños, el ciudadano común espera más impuestos, racionamiento de la carne, circulación alterna de coches los días festivos, nuevos aumentos de los precios de géneros de consumo, incluso necesarios, como la leche, el autobús, etcétera.

Cesiones recíprocas

El acuerdo puede calificarse como de un importante paso para consolidar un pacto social. Tanto sindicatos como patronos han tenido que renunciar a puntos que consideraban importantes. Los trabajadores limitan sus aumentos salariales y los patronos no ven desaparecer la escala móvil.Al acuerdo se llegó en la madrugada del jueves, aunque quedaba pendiente para los sindicatos la garantía de no congelación de salarios por parte del Gobierno. Andreotti personalmente lo garantizó a los sindicatos y de esta manera el acuerdo se hizo firme.

El problema más debatido fue el de las llamadas «escalas móviles anómalas», según lo cual la vida no subiría lo mismo para un empleado de banca o estatal que para un trabajador corriente. La nueva regulación queda para primeros de febrero, a fin de que cada categoría la defina antes del 10 de febrero. Si las categorías individualmente no se ponen de acuerdo, intervendrán las confederaciones sindicales.

Se ha tratado, en conclusión, de una «pequeña entente» que supone un paso importante, aunque no suficiente, para el establecimiento de un auténtico pacto social en la vida económica italiana.