¿A quién favorece la inflación?
He aquí una pregunta que se hace todo el mundo y a la que se dan respuestas muy diversas. Acaso por ello sean más de apreciar los intentos de cuantificar los beneficios y las pérdidas de este grave mal de la sociedad actual. El profesor de la Universidad americana de Stanford, George Bach, ha realizado un estudio muy completo sobre el tema, centrándose en los efectos de la inflación para los grupos sociales americanos durante el período 1950 al 1975.Partiendo de que no siempre es cierta la opinión, según la cual los perjudicados de la inflación son los grupos que reciben sueldos y salarios, y los prestamistas que deben recibir intereses, mientras que los principales beneficiarios son las empresas y los tenedores de valores de renta variable, el trabajo de Bach ofrece algunas conclusiones interesantes.
En primer lugar, dice, los principales perjudicados por la inflación en Estados Unidos han sido los beneficios empresariales, cuya participación en la renta nacional descendió durante ese cuarto de siglo en un 8,1%, mientras que los sueldos y salarios vieron incrementado su trozo en el pastel nada menos que un 10,7%, y las rentas agrícolas descendieron en un 3,6%.
Los bancos aumentaron su participación en la renta en un 5,7 %, y los titulares de todo tipo de rentas en un 2,4%. Los pagos por transferencia, a través de las pensiones de la Seguridad Social, principalmente, se incrementaron también en un porcentaje del orden del 8%. Pero tampoco el Gobierno parece haber perdido con la inflación; debido, sobre todo, al carácter progresivo del sistema fiscal americano y de los mayores ingresos impositivos que la inflación proporciona, su participación en la renta se incrementó en un 7,5%.
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