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Schekter, vencedor inesperado de una "calurosa" carrera

Todos los participantes en el Gran Premio de Buenos Aires, primero del Campeonato Mundial de Pilotos y Constructores de la fórmula 1, coincidieron en que el calor, setenta grados en el habitáculo del piloto, 55 temperatura del asfalto y 35 en el ambiente, indicaba de antemano que las condiciones en el transcurso de la prueba iban a ser durísimas.

A las once de la mañana, faltando cinco horas para la arrancada, la totalidad de los pilotos sometieron a sus coches a la prueba de entrenamientos libres con los tanques de gasolina llenos a tope, y tras el calentamiento de la goma de los neumáticos se tomaron temperaturas comprobándose que la goma podría aguantar la carrera a pesar del calor reinante. (Aunque parezca mentira los neumáticos de competición, que por carecer de dibujo parecen a simple vista frágiles, toman en un par de vueltas un grado de calor muy alto, que conservan sin que éste aumente ni decrezca demasiado. Sólo un defecto de la goma, los golpes o la desigualdad de una suspensión mal ajustada, precipitan el desgaste peligroso antes del final de una carrera).

Demasiado calor

Lo que ya era otro problema distinto, eran los motores. El más optimista de los pilotos se conformaba con terminar. Las temperaturas que alcanzaban el agua y el aceite hacían temer con fundamento la frecuencia de averías que después en el transcurso de la carrera hicieron que sólo siete de los veintiún coches participantes lograran pasar bajo la bandera de cuadros.La diferencia de tiempos de James Hunt en los entrenamientos del viernes, no pudo ser superada el sábado ni por él mismo. John Watson, que pilota este año uno de los Brabham de Barny Eccleston, conseguía el sábado pasado ocupar la primera posición con Hunt y Lauda. Depailler con Andretti y Pace, detrás en tercera fila, esperaban su oportunidad. El argentino Reuteman, metido en el grupo de Scheckter, Branbilla, Peterson y compañía, figuraba teóricamente con el Ferrari número 12 como mero comparsa. Ni el nuevo Wolf del gran piloto que es Scheckter, ni los tiempos del argentino en entrenamientos, permitían suponer la menor posibilidad de éxito. Sobre todo, el coche de Schekter, que anduvo con problemas mecánicos serios hasta las últimas horas del sábado.

Pero está claro que las predicciones en fórmula 1 en condiciones meteorológicas difíciles se vienen al suelo, y al final de la temporada casi siempre acaba ganando el mejor coche y el mejor piloto. En Buenos Aires sonó la flauta de tal modo que ni el mismo Scheckter se creía su triunfo sin que ello reste en modo alguno mérito a su victoria. Otro tanto ocurrió con la tercera posición de Reuteman, que sin forzar el ritmo en ningún momento y apoyado por un público incondicional, no tuvo más mérito que el de aguantar el calor y pasar al Copersuca de Fittipaldi. A pesar de la enorme diferencia de coche, le costó lo suyo. Carlos Pace, que se clasificó en segunda posición, mereció mejor suerte, pero el agotamiento físico que le puso, según sus propias palabras, al borde del desmayo, le impidió terminar en el primer puesto que se merecía. Emerson Fittipaldi consiguió para su achacoso Copersucar un cuarto puesto que pudo ser tercero. Franco Lini, decano de la prensa de fórmula 1 decía al final de la prueba que iba a titular su crónica: «La carrera más loca del año». Estuvimos de acuerdo con él.

La carrera

En la arrancada,y como viene siendo costumbre, Hunt patinó, perdió tiempo y se le adelantaron Watson y Lauda. Durante unos metros el austríaco tomó el mando, pero al llegar a la primera curva Watson ya iba primero seguido de Hunt, Lauda, Andretti, Mass, Pace y Reuteman. Las diez primeras vuelta s transcurrieron sin alteraciones. Watson mantuvo a Hunt a cuatro segundos y Lauda comenzó a retrasarse. Pace, Andretti, Mass y Reuteman formaron un bonito paquete en apretada lucha. A diez segundos, Scheckter mantenía el ritmo saliendo en las curvas de lado como es costumbre en el sudafricano -viéndole parece que está conduciendo un pequeño kart-.Patrick Depailler, que en la arrancada se le engrasaron las bujías, quedó descolgado. Avanzada la prueba, el motor se limpiaría y comenzó a recuperar, pero entonces aparecieron los problemas del seis ruedas: se bloquearon las ruedas delanteras al frenar, hizo un trompo, quedó rezagado y al final se salió de la pista. Su compañero, Peterson, con el otro Tyrrell, acabó también saliéndose con los mismos problemas. En la vuelta veintiuna, Lauda ya había bajado a la séptima posición y la falta de alimentación en los inyectores le hizo abandonar. Hunt, que había estado aproximándose a Watson, le pasó con autoridad y empezó a distanciarse en gran campeón (en este momento no hay en la fórmula 1 ni coche ni piloto que puedan aguantar el ritmo del inglés).

Sin embargo, una salida de pista en una de las partes más rápidas del circuito, que él atribuyó a rotura inexplicable, impidieron a Hunt lograr un triunfo casi seguro cuando aún quedaba un tercio de carrera. Mass ya había abandonado, con avería de bomba de gasolina, cuando el grupo de cabeza lo componían los dos Brabham y los dos McLaren. En la vuelta cuarenta encabezaban la carrera Pace y Watson. Jody Scheckter vio entonces cómo desaparecían rivales, pasó a Andretti y se colocó, a verlas venir en tercera posición. Fittipaldi iba quinto y Reuteman no podía con el brasileño. Faltando seis vueltas Pace, medio asfixiado, fue pasado por Scheckter, Watson abandonó y Reuteman superó asimismo a Fittipaldi. Andretti se quedó a unos metros de la meta, faltando dos vueltas. Al final llegaron sólo siete coches y también se clasificaron siete.

Coches que terminaron la carrera

Jody Scheckter, Wolf Ford. Carlos Pace, Brabham. Carlos Reuteman, Ferrari. Emerson Fittipaldi, Copersucar. Clay Regazzoni, Ensing. Tom Pryce, Shadow y Jacques Lafitte, Ligier.

Pilotos clasificados

Jody Scheckter, 9 puntos; Carlos Pace, 6; Carlos Reuteman, 4; Emerson Fittipaldi, 3; Mario Andretti, 2; Clary Regazzoni, 1; Vittorio Brambilla, también clasificado, sin puntos.

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