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Persisten los temores de intoxicación en Villaverde Alto

Centenares de familias que viven en una colonia contigua a una factoría de estaño, en Villaverde Alto, permanecen bajo una situación de inquietud por los temores que entre ellas suscita la emisión constante de gases por parte de la fundición. En un escrito recientemente emitido por la asociación familiar de esta localidad madrileña, el vecindario alude a la detección de síntomas de intoxicación entre los niños de la zona, cuya población infantil resulta muy numerosa.

Prosigue la polémica en torno a la supuesta y progresiva contaminación sufrida por una amplia franja de la población de Villaverde Alto, que reside en una colonia de viviendas situada contiguamente a la factoría Minero-Metalúraica del Estaño, en esta localidad madrileña.El vecindario de la colonia, a través de la Asociación de Cabezas de Familia de Villaverde Alto, acaba de emitir un comunicado a la opinión pública donde se refutan los argumentos esgrimidos por los delegados municipales, que negaron recientemente que tal contaminación existiera en índices peligrosos para la población residente.

En la nota del vecindario, sus redactores ponen de manifiesto la irresolución de este problema por parte de las autoridades locales, y refieren que el pasado 21 de diciembre cursaron sendas cartas a doña Sofía, Reina de España, al gobernador civil de Madrid y al director general de Sanidad en estas cartas -añaden- se incorporaron varias colecciones de fotocopias de los análisis de sangre realizados a grupos de niños de la colonia, análisis que, según los vecinos, acusaban ingredientes de plomo en sangre muy superiores a los niveles desde los cuales la intoxicación comienza a ser un hecho. En algunos casos -establece la nota- los sedimentos de plomo en sangre alcanzaban el caudal de setenta miligramos por cien centímetros cúbicos de sangre; se agrega asimismo que los primeros síntomas de intoxicación aparecen ya con cantidades de diez miligramos por cien centímetros cúbicos.

También se indica que las cartas cursadas aludían a que la fundición MESAE -siglas de la factoría- contravenía las disposiciones de la ley de Contaminantes por cuanto que su ubicación se halla fuera del polígono industrial de Villaverde Alto y este tipo de factorías debe situarse al menos a 2.000 metros de las viviendas más cercanas. La factoría mencionada, añade el texto, se encuentra tan sólo a ocho metros de distancia de las viviendas de la colonia.

En otro apartado de la nota se alude a la rueda de prensa durante la cual los delegados municipales de Sanidad y Saneamiento y Medio Ambiente rechazaron los argumentos del vecindario por estimar que los resultados de las investigaciones realizadas por la Jefatura Provincial de Sanidad, el Laboratorio Municipal de Higiene y el Departamento de Contaminación Atmosférica, negaban la existencia de márgenes peligrosos en los residuos vertidos por la factoría.

En sus valoraciones, los delegados municipales negaron que la supuesta contaminación hubiera acarreado casos de saturnismo, término bajo el cual se conoce una serie de efectos causados por intoxicaciones de óxidos y sales de plomo. Se arguyó además, que la situación de la factoría MESAE, por su ámbito de localización, se halla en un entorno generalmente menos contaminado que otras zonas madrileñas, al tiempo que el delegado de Obras y Servicios calificó de correcta la adecuación de los dispositivos de canalización de los gases vertidos.

Punto por punto, la nota de los vecinos de Villaverde Alto acomete cada uno de los argumentos empleados por los delegados municipales, desde el referido a la ausencia de intoxicación -contrastado por la afirmación de que la sintomatología de la contaminación por plomo gaseoso es muy diversa- hasta el que alude a la canalización de los residuos vertidos, la nota refiere que los humos que despide la factoría no sólo salen por las chimeneas provistas de filtros, sino que también penetran por los tejados de la fundición y escapan por las ventanas u otros lugares. Además, agrega la nota, el nivel de contaminación de la zona -procedente de otros agentes contaminantes- resulta especialmente elevado durante las noches.

Tras rechazar terminantemente la suficiencia de los análisis realizados en varias fuentes y conducciones de agua potable -por entender que la penetración del plomo en el cuerpo humano se verifica prioritariamente a través de la piel- el comunicado postula el alejamiento de la fundición a una zona deshabitada, medida que paliaría los efectos producidos por su proximidad, según el texto. Por su parte, José Martín, director de MESAE, manifestó a EL PAIS que comprende la inquietud del vecindario por cuanto que los temores a las intoxicaciones son evidentes ante muchos tipos de industrias. Respecto a la que regenta -dedicada a la fundición de minerales y metales no férricos, fundamentalmente estaño- señaló que entre los residuos gaseosos vertidos por la factoría se encuentran ligeros ingredientes de plomo, si bien -añadió- se han tomado todas las precauciones para reducir al máximo el carácter y la cantidad de este sedimento dañino.

«Mucho antes de que se legislara la normativa contra la contaminación -afirmó el señor Martín-, MESAE se dotó de un sistema muy costoso de captación y depuración de residuos. Además, todas las mediciones que se han realizado sobre los ingredientes contaminadores vertidos señalan que los desechos gaseosos se encuentran por debajo de los mínimos desde los cuales la intoxicación comienza a ser posible.»

Si bien admitió que los humos se filtran por distintas zonas de la factoría, José Martín indicó que existían dispositivos de absorción interior de los gases. Afirmó que en el ánimo de su entidad no se encuentra el deseo de polemizar, sino el de colaborar, y admitió la hipótesis de que las nuevas mediciones se realicen ante un notario, para amortiguar contundentemente las inquietudes de los vecinos.

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