"La monarquía es capaz de asegurar la unidad, la libertad y el ejercicio de los derechos humanos"
El Rey don Juan Carlos, en compañía de la Reina, doña Sofía, y de sus tres hijos, los príncipes Felipe, Elena y Cristina, dirigió, a las nueve y media de la noche del pasado viernes, el siguiente Mensaje de Navidad al pueblo español a través de las cámaras de Televisión Española:
«Me he permitido entrar en vuestros hogares, a través de la televisión, en esta noche tan señalada, para felicitaros muy cordialmente las Pascuas. Junto con la Reina y con nuestros hijos, Elena, Cristina y Felipe, os deseo toda clase de alegrías en las flestaside Navidad y la mayor prosperidad para el año que comienza. Os deseo la paz en vuestras casas, en vuestro trabajo y en vuestros espíritus.La mayor parte de vosotros estaréis rodeados de vuestra familia y amigos, y queremos compartir vuestras satisfacciones de esta forma. Otros estaréis solos, o enfermos, o realizando un trabajo indispensable, fuera de vuestra casa o incluso de la Patria. Quiero qu sepáis que en esta familia españot que es la nuestra, se piensa er vosotros esta noche, con simpatíacon afecto.Hace pocos días se ha cumplido un año de mi proclamación como Rey de España. En aquella ocasión os convoqué a todos vosotros a recorrer juntos la nueva etapa de nuestra historia que se iniciaba. Os prometí firmeza y prudencia en el cumplimiento de mi deber de servicio a España.Creo que hay motivos para sentirnos contentos de lo realizado y animados para seguir -afrontando el futuro con esperanza. Y ello a pesar de graves sucesos que llenan de dolor a familias españolas cuya pena compartimos.
En el año que termina han ocurrido una serie de acontecimientos de gran trascendencia para la vida española. Algunos han sido difíciles, otros gratos, pero en ningún momento me ha faltado vuestro apoyo y en muchas ocasiones me ha rodeado vuestro entusiasmo. Quiero agradeceros a todos vuestra actitud pública durante estos meses, y las incontables muestras de atención personal que habéis tenido conmigo y con mi familia.
Esperanza en el porvenir
Hemos tratado de estar lo más cerca posible del pueblo español, no sólo aquí, en la capital de la nación, sino al viajar por las regiones, provincias y,ciudades españolas. Pienso continuar haciéndolo con renovado empeño en el año quecomienza, pues es mi deseo visitar en 1977 todas las tierras españolas que aún nos quedan por recorrer.
El sentir vuestra presencia, conociendo más de cerca vuestros problemas y vuestra forma de vida, me sirve de aliento y de estímulo, y reafirma mi convicción en las cualidades nobles y generosas de nuestro pueblo. Por ello Cada día aumenta mi esperanza para el porvenir.
Los tiempos que vivimos, aunque prometedores, no son fáciles. El crecimiento de la población y la evolución de las costumbres -no solo en España, sino en todo el mundo- han creado tensiones es
es e ideológicas que sacu
,n fuerza nuestra sociedad
1 firme asidero de nuestra fe
Dios, debemos asimilar y apro,echar los valores positivos de esta
evolución, eliminando sus aspectos
perjudiciales, para conservar a to
da costa el patrimonio espiritual de
nuestra Patria.
Nuestra vida política está en pleno proceso de adaptación, ne.cesaria, a los cambios sociales operados en España~-A esta tarea hemos de hacer frente con toda prudencia pero también con decisión.
La Monarquía, la forma
de E 1 stado más adecuada ~La Monarquía, como la forma de Estado más adecuada para España, es capaz de asegurar la un¡dad de todos los españoles, la libertad y el ejercicio de los derechos humanos en el orden y en la paz. A todos los que sentís vocación por la política, que es una forma noble y elevada de servicio a la nación, os animo a proseguir vuestro camino con lealtad a la Corona, con escrupulosa honradez y poniendo siempre el bien general por encima de los intereses particulares.Las circunstancias económicas actuales nos plantean un desafío al que hemos de hacer frente con mente clara y con espíritu de generosidad. Hacen falta decisiones para prever y mejorar el futuro y hay que tomarlas sabiendo que requieren sacrificios de todos. Debemos a las nuevas generaciones, y a los sectores más necesitados-de nuestra sociedad, la creación de puestos de trabajo, el ahorro productivo y su inversión, la reestructuración de ciertas actividades económicas y una equitativa distribución de las cargas y-de los beneficios. Y todo ello hemos de realizarlo en condiciones de paz social y de verdadera cooperación.
Conozco vuestra voluntad de trabajo y el esfuerzo que estáis realizando, que me hacen sentirme orgulloso de nuestro pueblo. Que nadie aminore el paso ni desfallezca, y que todos nos preguntemos si no podemos hacer algo más por nosotros mismos y por los demás.De una manera especial me. dirijo a todos los jóvenes del pais, cuyas ilusiones conozco y comparto, para deciros que os toca responder con generosidad a la llamada de nuestra época, que requiere esfuerzo y entrega, pero también ofrece grandes oportunidades de acceso a los frutos del trabajo y de la técnica en grados insospechados hace tan solo unos años.Quisiera dedicar un recuerdo entrañable a la familia española, y a las madres españolas, verdadero núcleo y corazón de nuestra nación. A la familia debemos cuanto somos y en ella tenemos el mejor tesoro y la mejor garantía del porvenir de nuestra Patria. Que las últimas palabr-, -nías esta noche sean para d-searos 'la mayor alegría en el st:no ce vuestras familias. Muchas felicidades a todos».
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