Niños: circo, sí; deporte, no
El día 23, uno antes de Nochebuena, cinco de los Santos Inocentes y catorce de Reyes -plazos sintomáticos- se confirmó que Madrid tendrá nuevas instalaciones, pagadas a medias entre la municipalidad y la DND. Magnífico. A fin de cuentas es algo real, y vendrá a paliar el déficit lógico por el aumento de practicantes previstos hasta 1980.Incluso al máximo organismo deportivo español le vendrá estupendo, como es su deseo, que el mantenimiento, apartado caro y molesto, corra a cargo del Ayuntamiento madrileño. No sucederá como otras instalaciones, que no sólo ha costeado la DND por circunstancias concretas de privilegio, sino que encima después debe mantenerlas. Su plan deseado -en teoría- es bien simple: ayudar a pagar instalaciones -el total ya es el colmo- y que luego se las arregle el ayudado, pues es bastante.
Sin embargo, las excepciones a algo que parece positivo para el futuro constinúan de actualidad. Tras anunciarse que el Palacio de Deportes -propiedad totalmente de la DND- dejaría de albergar en sus instalaciones espectáculos que no fueran deportivos, en las fechas actuales el circo y los payasos lo acaparan cumplidamente. Las palabras nuevamente se las lleva el viento..., de determinados intereses. No dudamos que los niños disfruten con Gaby, Miliky y Fofito, pero luego no valdrán las lamentaciones oficialistas sobre la falta de instalaciones y de educación física de base. A muchísimos niños de los colegios también les hubiese gustado hacer deporte en la pista del Palacio en lugar de sentarse en las gradas. Por lo visto es incompatible en Madrid.
Tendrán que irse a otros lados.
Menos mal que el Ayuntamiento, ese sí es compatible con la DND, porque en otro caso reciente, en Valencia, por ejemplo, ha costado sudores y titnta el acuerdo municipal con la Delegación Provincial. El Ayuntamiento de la ciudad del Turia se había negado a que las federaciones provinciales utilizaran los terrenos de la Dehesa para actividades deportivas. Por fin, tras una «diplomática lucha verbal», según parece, el alcalde ofreció 200.000 metros cuadrados, pero sin perder los derechos sobre los terrenos cedidos para el futuro por muchas contrucciones que se hagan. En fin, esperemos que una vez hechas permanezcan. Pero que se construyan al menos. Todavía se puede recordar -aunque sea cambiando el tercio- aquel rector de una universidad gallega que dedicó un presupuesto para instalaciones deportivas a hacer jardines. Era más decorativo. Total, ¿a quién le interesa el deporte?
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