Las dos Españas se han empezado a acercar
« En la recepción ofrecida al presidente Suárez en el Gobierno Civil, a la vista de personas que habían penetrado por primera vez en el edificio y que en todo caso habían sentido sólo el efecto sancionador de sucesivos inquilinos de la casa, uno pensaba que estamos más cerea de la línea de llegada que del punto de partida. Cierto que no estaban todos, que algunos no habían sido invitados y que otros que habían sido convocados optaron por una "ausencia activa".(...) Sin ánimo de manificar lo que sólo ha de tomarse como un indicio positivo, uno diría que las dos Catalunyas, las dos Españas, se habían empezado a acercar.
( ... ) El rechazo de hombres que no piensan igual ha sido una constante de los regímenes totalitarios, que a los españoles de varias generaciones tan directamente nos ha sido posible conocer. Aquí hemos tenido que sufrir la prueba ideológica de pureza de sangre para merecer el acceso a puestos en los que lo menos que se tenían en cuenta eran los méritos objetivos de las personas. Una escala subjetiva de valores estaba por delante de cualquier otro tipo de consideración. Tendremos que acostumbrarnos a ver ministros, gobernadores, alcaldes, concejales y rectores de Universidad cuyo pensamiento no tiene nada que ver con el que ha imperado hasta hoy. Los hombres no podrán reunir más méritos que el consenso que en la sociedad puedan tener. Tendremos que acostumbrarnos a ver reunidos a hombres de muy distintas procedencias. Si lo de anteanoche en el Gobierno pudo sorprender a alguien en el futuro tendrá que ser lo normal.»
22 diciembre.
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