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En Santander,la suerte le valió un punto al Madrid.

Ayudado por la fortuna, el Madrid se trajo un punto de El Sardinero. donde el Santander jugo más y remató mucho. Los dos porteros y las dos defensas colaboraron en lo elevado del tanteo con las delanteras contrarias. El Madrid estuvo dos veces por delante en el marcador, pero en justicia debería haber perdido. Al Santander le fueron anulados tres goles con el marcador aún sin mover. Partido extraño el de El Sardinero.Extraño, primero, porque el Santander tardó mucho tiempo en obtener fruto a su insistente juego de ataque, que se tradujo en tres goles anulados antes de aportar el primero de los legales. a cinco minutos del descenso. Extraño también porque a este primer gol del Rácing respondió el Madrid con dos seguidos, en sus primeros disparos a puerta del partido. y que le permitieron marcharse a la caseta con ventaja inmerecida en el marcador. Y extraño, después, porque el Racing, tras empatar a poco de reanudarse el juego por espectacular fallo de Miguel Angel. se vio otra vez en desventaja al marcar el Madrid de inmediato en su tercer contragolpe. Final mente se restablecería en parte la justicia al empatar el Rácing, que no tuvo la fortuna de marcar el nuevo gol que le hubiera supuesto la merecida . victoria.

El Madrid, ante el campo embarrado, dejó fuera a Velázquez y a Sánchez Barrios y se decidió por Vitoria pata el marcaje de Juan Carlos en la media. Breitner quedó emparejado por Geñupi y Díaz se enfrentaba con Pirri.

Adelante Aguilar suponía una amenaza por su velocidad, y Santillana y Roberto esperaban balones altos y trataban de abrir huecos para las escasas penetraciones de los de la media. En la defensa, marcajes lógicos: cada lateral sobre su extremo, Benito. sobre Aitor y Sol de líbero.

Mandó siempre el, Rácing, aunque Juan Carlos estuvo bastante bien frenado por Vitoria, éste fue un desastre a la hora de construir, porque Zuviría, espléndido, fue siempre un peligro y porque el lateral Lolo hizo una auténtica exhibición de fuerza, velocidad y juego. y además de sujetar bien a Roberto fue una pesadilla para la defensa del Madrid. Por eso, aunque Breitner cuajó un buen partido en la media y aunque. Camacho frenó bien a Quinito, el Rácing fue más equipo que el Madrid siempre, porque, además, se movió con más soltura en el blandísimo te rreno de El Sardinero, que esta vez, no necesitó manguera por la lluvia de la vispera.

Pero el Rácing tuvo la desgracia de acertar en el gol en las ocasiones que faltas previas lo hacían invalidable y de no marcar en otras jugadas en las que nada hubiera impedido que el gol contabilizara. Al fin, al cuarto Intento, consiguió el gol válido, y el Madrid replicó de inmediato con dos conseguidos casi de chamba. Maguregui, para la segunda mitad, apartó al líbero Arteche, renqueante y despistado, y le sustituyó por Jiménez, delantero, con lo que metía a Quinito en la media y bajaba a Geñupi al puesto de líbero. Aún se, estaban replanteando las cosas cuando llegaron dos nuevos goles. ambos casuales. El primero, para el: Rácing. en penalti, tras espectacular fallo de Miguel Angel; el segundo, para el Madrid, en galopada oportunista de Pirri..

Después, el Rácing presionó lo suyo en busca del empate y la victoria, y Lolo se agigantó hasta el punto de provocar el cambio de Aguilar por Rubiñán, que salió con la única misión de perseguir al lateral santanderino. Juan Carlos, agotado por los años, por el barro y por la persecución de Vitoria, dejó su sitio a Barrero, que_acaso mostró, excesiva prudencia para incorporarse al ataque Con todo ello, el partido siguió en la misma línea, de presión local, llegó el empate, hubo un penalti que pudo decidir (en el área madridista) y Miguel Angel palió en parte su desafortunada labor con dos buenas paradas por alto. El Rácing, que había sido mejor tuvo que conformarse con. el empate porque la suerte, el árbitro Y su propia defensa le habían vuelta la espalda. El punto es bueno para el Madrid, pero el hecho de que desperdiciara por dos veces la delantera conseguida con mucha fortuna en el marcador habla de que su momento sigue sin ser del todo bueno.

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