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Reportaje:

Orantes, Ballesteros y Piñero, en la cumbre

Desde que los cordobeses le dieron a Matías Prats sus votos para que pusiera la voz en las Cortes, los españoles perdimos la posibilidad de que Santillana le marcara un gol histórico a Inglaterra, como Zarra en Río. Desde que Matías Prats se encerró en su despacho de la dirección de NO-DO, el deporte español ha perdido toda su grandilocuencia. Ya no temenos quien pueda contarnos lo que pasa en la teórica posición del antiguo medio centro. Los taurinos también andan quejosos porque no hay quien les diga de quién son las mulillas de Méntrida. Estamos perdiendo las buenas costumbres y así no hay quien se entere de la auténtica magnitud del triunfo de Orantes en el Masters o lo que supone para el golf español la victoria de Ballesteros y Piñero en la antigua Canada Cup.El domingo pasó para los aficionados al deporte como si tal cosa y nada menos que un ex recogepelotas. Manuel Orantes, ganó el torneo que disputan los ocho mejores jugadores de cada año y dos ex Caddys consiguieron la Copa del Mundo de Golf en Palm Springs que es un desierto al que los norteamericanos le han puesto césped y riego por aspersión para que los millonarios se solacen. Radiotelevisión Española, tan propensa años atrás a las transmisiones tenísticas -nos hemos tenido que tragar incluso los encuentros contra dos muchachos de Mónaco-, ni si quiera puso el domingo la voz de Juan José Castillo para que nos dijera el ¡entro!, ¡entró! Y hubiera sido delicioso escuchar a Juanjo en los momentos cruciales con todo el sufrimiento concentrado en el passhing shot. A falta de la voz de Matías Prats y los goles de Zarra, los españoles lo pasábamos bomba con el ¡entró!, ¡entró! de Juan José Castillo. El domingo no tuvimos ni eso. Ni tampoco tuvimos quien nos contara cómo en las postrimerías del encuentro Barcelona-Real So ciedad Cruyff le daba, dicho con respeto una coz a un jugador realista. Estoy seguro de que mi entrañable amigo Juan José Castillo no hubiera pasado por alto el hecho. En el encuentro Barcelona-Valencia demostró sobradamente que no se pierde una falta.

Manuel Orantes, que será esta semana granadino, pues solamente es catalán cuando pierde, consiguió en su quinta aparición en el torneo de los maestros el éxito absoluto. La temporada de Manolito ha vuelto a ser, pese a los altibajos, producidos fundamentalmente por cuestiones de tipo físico. brillante, pese a que no ha ganado ninguno de los tres grandes clásicos de la temporada tenística. Su segundo puesto en la general del Grand Prix y la victoria del domingo en Houston son datos suficientes para que nadie ponga en duda su categoría internacional. Lo que no puede pedírsele es que lo gane todo. Nunca ningún tenista español ganó tantos campeonatos internacionales. Le falta todavía, sin embargo, ganar Roland Garros y Wimbledon. En ambos torneos ha fallado en los momentos más inesperados. Sus posibilidades son aún muchas.

En Palm Springs Severiano Ballesteros, el mejor golfista de Europa en la presente temporada, acompañado de Manuel Piñero, ha conquistado la Copa del Mundo, hecho que no figuraba en los anales del deporte hispano. Severiano lleva camino de ser la gran Figura del golf, como su juventud -diecinueve años- hace prever. En el caso de Orantes y en el de Severiano se repite la constante española de estos deportes; llegan a la cúspide los que han sido recogepelotas o caddys, los que demuestran que el paisanaje español eslá tan bien dispuesto como otro cualquiera para la práctica deportiva. Lo que hace falta, claro está, es que haya oportunidades para todos.

La semana, pese a tan señalados acontecimientos, no ha sido feliz para todos. El equipo de baloncesto del Madrid ha venido, a añadir preocupaciones a la Casa Blanca. Y lo malo no fue perder con los soviéticos del TSSK. Lo malo fue la derrota del Palau Blau Grana. Me veo a Saporta poniéndose serio. Sólo hubiera faltado, para acabar de estropearle el fin de semana, que l'enfant terrible del baloncesto, José Antonio Gasca, hubiera presentado su candidatura a la presidencia de la Española, en donde Saporta tiene una balsa de aceite.

Madridistas y atliéticos dieron un respiro con los resultados del Bernabéu y Santander. Para Miljanic Y Luis se abre, si no hay más sobresaltos, la tregua navideña. Para Luis tan importante como el empate del domingo es la proximidad de la Navidad, porque su amigo Santos Campano debe andar muy atareado ahora con las cestas.

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