Rafael Vidiellá: "Los éxitos del PSUC demuestran su madurez"

Rafael Vidiella, antiguo «conseller» (ministro) de Justicia del Gobierno de la Generalidad de Cataluña y miembro del Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC) desde su fundación, estuvo ayer presente en una rueda de prensa que, con motivo de su regreso del exilio (véase EL PAÍS de 23 de noviembre), había organizado la dirección del partido de los comunistas catalanes.

A pesar de su fuerte sordera y de su escasa visión, Rafael Vidiella —que en la actualidad cuenta 86 años de edad— contestó todas y cada una de las preguntas que le dirigieron los informadores y que le transmitía el secretario general del PSUC, Gregorio López-Raimundo.

Manifestó que desde que llegó Barcelona había dedicado su tiempo a descansar y a recorrer los lugares que fueron escenario de su actividad política. Vidiella mostró su satisfacción al haber comprobado personalmente que los lugares de reunión, en bares y cafeterías, que él y los fundadores del partido habían frecuentado, seguían siendo visitados por los actuales militantes del PSUC.

Rafael Vidiella tuvo un vivo recuerdo hacia la figura del presidente Lluis Companys, al cual tuvo ocasión de tratar desde su cargo de conseller de Justicia. Manifestó que el presidente y él habían coincidido en su opinión contraria a la pena de muerte.

Rafael Vidiella se mostró contrario al «realismo social» en materia de arte, del cual dijo que, a través de su experiencia vivida en los países socialistas, había comprobado lo incorrecto de sus planteamientos.

Preguntado sobre su opinión hacia el actual PSUC, en contraste con los inicios del partido, Rafael Vidiella dijo que «el hecho de haberse convertido, a pesar de la clandestinidad, en un partido de masas, era la muestra más evidente de la madurez de los planteamientos de dicho partido».

Rafael Vidiella estuvo acompañado durante la rueda informativa por Gregorio López-Raimundo, secretario general del PSUC; Pere Ardiaca, Miguel Núñez, Antonio Gutiérrez Díaz, todos ellos miembros del comité ejecutivo.