_
_
_
_
_

La abstención es normal en un referéndum sin garantías

«Si el referéndum se lleva a efecto sin las suficientes garantías, si existe coacción o falta de libertad, si no se aprecia suficiente seriedad e imparcialidad, no puede existir el deber de votar. Lo normal en tal caso es la abstención para no cooperar a una hipócrita comedia, que de seguir adelante comprometería gravemente la iniciación del proceso democrático que todos anhelamos», dice el Episcopado español a través de una nota hecha pública por el secretariado de la Comisión Episcopal de Apostolado Social.

La nota bajo el título Ante un próximo referéndum pretende «contribuir a una seria iluminación de las realidades sociopolíticas que, de una forma especial, viviremos en este periodo de tiempo y dar elementos de juicio para una valoración de las distintas posturas».«El largo tiempo transcurrido sin que hayamos podido ejercitar nuestros derechos cívicopolíticos -comienza diciéndo la nota- es razón para que nos hallemos desentrenados, por lo que se hace necesario un esfuerzo para documentarnos y reflexionar en grupo, que nos ayude a obrar responsablemente.»

Explica qué es un referéndum y su inferencia con un plebiscito, y añade que el propósito del próximo referéndum es «iniciar, no concluir un proceso de democratización después de largos años en los que el pueblo, lejos de ser protagonista, ha sido el gran ausente de la vida pública»,

Sigue diciendo que «el referéndum, si se lleva a cabo con las debidas garantías constitucionales, es decir, con libertad para formarse una opinión personal a través de la necesaria crítica libremente expresada, es considerado como un acto de democracia directa». «No obstante, hay que decir también -añade- que si no existe la posibilidad de discusión y debate público, limitándose cada persona en concreto a responder sí o no, entonces se pierde una oportunidad de avanzar en madurez política, aparte de que siempre será cuestionable la validez del referéndum.»

Tras explicar la autoridad pública como un derecho público basado en el consentimiento popular por el que se realiza una transferencia de poder a unas personas, afirma que no debemos entender «que el referéndum al que se nos convoca es promovido por un sistema de democracia indirecta o representativa, ya que sobradamente sabemos que nos hallamos todavía legalmente en el marco de un sistema que se ha dado en llamar democracia orgánica y que, en la práctica, es tanto como decir que la democracia ha brillado, por su ausencia».

Condiciones mínimas

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Pasa a continuación a señalar las condiciones mínimas para que un referéndum sea considerado como auténtico, indicando que:

- Se ha de fundar en la libertad de cuantos han de tomar parte en el mismo. Las diversas opiniones en pro o en contra han de tener la misma libertad y oportunidades de expresarsus puntos de vísta a través de todos los medios de comunicación social. «Tal posibilidad -se afirma- no se dio en el anterior referéndum, de ahí su falta de validez y de ahí también que ahora hayamos de ser políticamente exigentes en este punto.»

- Se ha de eliminar toda coacción en un sentido o en otro. El electorado no debe estar presionado ni por el temor de sufrir sanciones ni por el aliciente de recibir recompensas, ni por falta de información.

Es imprescindible que exista un control imparcial de las urnas y del recuento de: los votos -en ellas depositados.

- Es necesario que el referéndum sea transparente y no oscuro o equívoco, de suerte que los electores tengan conciencia clara de lo que van a votar.

Tras esta exposición se señala: que si se cumplen estas condiciones es lógico que el ciudadano ejerza su derecho de 'votar'. «Por el contrario -añade-, si el referéndum se lleva a efecto sin las suficientes garjntías, si existe coacción o falta de libertad, si no se aprecia suficiente seriedad e imparcialidad, entonces no puede existir tal derecho o deber, pues lo que se hallaría en entredicho es la-misma autenticidad de la consulta popular.».

«No obstante -sigue diciendo-, por mucha libertad que hubiera para el debate público y la propaganda de los grupos, no hay que olvidar que en las actuales circunstancias, después de cuarenta años de decir sí al poder por temor a las consecuencias del no, será muy difícil conseguir que los votantes no se dejen llevar por la inercia o por factores ajenos a su propia responsabilidad personal.» Finalmente señala que votar sí o no significa reconocer la legitimidad del poder que propone el referéndum, y que la abstención activa puede estar motivada porque a) no se reconoce la, legitimidad de quien propone, el referéndum; b) porque sé estima que no se dan, las condiciones de libertad indispensables para una votación democrática, y c) porque la pregunta es oscura o equívoca.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_