Cardenal Tarancón: "La participación politíca es obligatoria"

«La participación política es hoy obligatoria para todos, especialmente para los cristianos», una vez que «se ha reconocido ya explícitamente que el poder reside en el pueblo», afirma el arzobispo de Madrid, cardenal Tarancón en su Carta cristiana publicada en Iglesia en Madrid, según recoge Europa Press.

«En estos momentos que podríamos llamar cruciales -añade el cardenal- la inhibición, la apatía, o la radicalización que hace imposible el contraste de pareceres, serían suicidas: serían la manifestación de una irresponsabilidad indigna de un ciudadano consciente. Para un cristiano, serían un auténtico pecado, ya que la propia fe es un motivo que le obliga al cumplimiento más perfecto de sus tareas temporales.»«Es indispensable que todos los españoles -sigue-, particularmente cuantos por amor a Dios, quieren servir a sus hermanos de una manera eficiente -los cristianos están obligados a ello por el mandamiento básico de su propia religión- asuman su propia responsabilidad y se decidan a participar activa e inteligentemente en la ordenación política de nuestro pueblo, que está necesitando, ahora más que nunca, de la inteligencia, de la buena voluntad del esfuerzo y de la corresponsabilidad de todos los españoles.»

Termina diciendo el arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal española que «bien sabe que no es nada fácil, en estos momentos, encontrar cauces adecuados para esa participación, porque «cuarenta años de pasividad política han marcado a una generación que, ni ha recibido la formación política necesaria, ni ha podido realizar una experiencia auténticamente responsable». Por eso dice que «es más necesario que las personas que tienen los resortes del poder o gocen de mayor influencia en la gran masa del pueblo, ausculten cuidadosamente los deseos del pueblo y los encaucen inteligentemente, para evitar los traumas que fácilmente podrían producirse si, aprovechándose de la inhibición o de la apatía de muchos, lograsen triunfar los que quieren imponer su propia ideología, normalmente extremista, o quieren aprovecharse del poder para su propio medro, o intentar hacer imposible la convivencia en el orden, la justicia, la libertad y la paz».