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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Señor López Rodó, salgamos a la pizarra

Me sorprende la escasa entidad científica de las contraargumentaciones del señor López Rodó al editorial de EL PAÍS del día 11, impropia -en mi opinión y con todos los respetos- de alguien que ha regido la planificación de un país de 35 millones de habitantes.La mayoría de las estadísticas citadas son aproximadamente ciertas, pero tan importante es lo que se dice como lo que se silencia, pues todas esas cifras -así, en términos absolutos-, carecen de significación. La noción «grado de (desarrollo, crecimiento, lo que sea)», es forzosamente relativa. No se puede decir si España se ha desarrollado poco o mucho si no se establecen comparaciones internacionales válidas, lo que exige prima facie la definición previa de un espacio internacional comparable. Así las cosas, todas las cifras que el ex ministro nos da son, a pesar de su supuesta buena intención, engañosas para la opinión pública, que tiene siempre derecho a la verdad. Tomemos por ejemplo la mortalidad infantil: dice el ex ministro que España bajó de 34 por mil nacidos vivos en 1963 a quince en 1973, pero no nos dice que otros países (como, por ejemplo, Portugal y Japón) tuvieron índices de disminución aún mayores. En realidad, cálculos realizados por mí, respecto al crecimiento en el nivel general de, salud, demuestran que el crecimiento español comparativo -es decir, ponderando los niveles de partida- ocupó el puesto catorce dentro de los veintiún países de la OCDE estudiados.

Una evaluación seria de los resultados de sus planes de desarrollo. requeriría examinar todas y cada una de las dimensiones esenciales -que suele llevar implícitas un desarrollo integral, es decir, atendiendo a todo el abanico de valores universales que suelen perseguir los sistemas políticos, y que al parecer no estuvieron presentes en la planificación de López Rodó. Por ejemplo: ¿Qué pasó de la redistribución de la renta? (Un reciente estudio de la OCDE nos sitúa en penúltimo lugar de los once países comparados).

¿Qué pasó del orden, es decir, de los asesinatos de policías, ejecuciones políticas, estados de excepción, criminalidad común (este último índice, por ejemplo, pasó de once condenaciones por 10.000 habitantes en 1960, a catorce en 1972).

En realidad el ex ministro calla muchas cosas:

-Calla que en una actividad tan vital para el desarrollo económico como es la investigación científica, mientras que los países de la CEE gastaban como promedio, en 1969, el 1,6 % del PNB, en gastos públicos de investigación, y los países del bloque socialista, el 3,2%, España sólo gastaba el 0,2%. O que el número de científicos e ingenieros empleados en los. trabajos de investigación y desarrollo experimental representaban en 1970 el 0,82% de la población activa en los países de la CEE y el 1,02% en los países socialistas, mientras que en España era sólo del 0, 14 %.

-Calla que estamos en la cabeza de Europa por el número de accidentes de trabajo; que mientras los países de la CEE pasan de un índice de 0,38 por mil personas activas, en 1965, a 0,21 en 1974, y los países socialistas pasan del 0,25 al 0, 16, España sólo disminuye del 0,36 al 0,34 (rama construcción).

-Calla que formando un índice a base de multiplicar el porcentaje de familias viviendo en chabolas por el porcentaje de viviendas vacías, dicho índice empeora de 1950 a 1970.

-Dice que España pasó de tener 26 televisores por mil habitantes en 1963, a 179 en 1973 (164 según la UNESCO), pero calla que el pro medio de los países de la CEE pasan de tener 162 televisores en 1965 a 253 en 1973, y los países socialistas, de 77 a 186 en el mismo período. O que los receptores de radio pasan en España de 144 en 1964 a 230 en 1973, pero que el promedio de la CEE pasa de 304 a 377, y los países socialistas pasan de 235 a 260.

-Calla que tenemos una de las Seguridades Sociales peor dotadas de Europa, pues mientras España pasa de gastar dieciocho dólares per cápita en 1960, a 113 en 1973, los países de la CEE pasan de 219 a 574 dólares per cápita en el mismo período.

Incluso respecto al desarrollo económico, no dice que en una clasificación efectuada por la CNUCED, órgano de la ONU, con datos de 1968, España ocupaba el puesto veinticinco por su desarrollo socio-económico (lejos de ese pomposo «décima potencia industrial del mundo»); o que en un índice de similaridad según las estructuras,socio-económicas de los países, España formaba grupo con Argentina, Grecia, Chipre, Urtiguáy, Yugoslavia, Panamá, Malta, México y Chile, lejos, igualmente, de esas diez potencias industriales, y a pesar de lo que el ex ministro. dice sobre el cambio de estructuras producido.

¿Qué decir de esa reforma fiscal pendiente desde hace tantos años?, porque López Rodó calló, igualmente, que mientras, los ingresos fiscales en España pasan del 16% del PNB en 1965 al 22% en 1973, el promedio de los países de la CEE pasan del 31 % al 37%, o que el porcentaje de gastos estatales sobre la renta nacional en España era mayor en 1960 que en 1975, o que la relación impuestos directos / indirectos ha tenido incluso una tendencia negativa desde 1960 a 1973, en contra de las tendencias progresivas que se siguen en el mundo.

¿Qué pasó del prestigio y la seguridad nacional, es decir, del estado de abandono en que se encuentra el armamento de nuestro ejército, de la instalación de bases atómicas extranjeras en territorio .nacional, de nuestra marginación de la OTAN de nuestra humillación ante el Mercado Común durante quince años, de la falta de fuerza moral y diplomática para solucionar el problema de Gibraltar -única colonia en Europa-?

¿Comparó el ex ministro internacionalmente los escándalos financieros salidos a la luz pública? (Matesa, Sofico, Redondela, Palmete y tantos otros).

¿Y qué decir, finalmente, del disfrute de libertades políticas? ¿Comparó internacionalmente las menciones que nos dedica Amnistía Internacional de entre todos los países europeos?

Pero lo que en definitiva demuestra los logros de su planificación (aún ciñéndonos a lo estrictamente económico) se puede ver a través de unos cuantos indicadores globales de un valor comparativo clave, como, por ejemplo, los movimientos migratorios al interior de ese espacio internacional comparable. Si España se desarrolló tanto, ¿por qué no disminuyó la emigración al exterior, en lugar de aumentar? La respuesta la conoce casi todo el mundo: porque si España., se des arrolló, los demás países de Europa se desarrollaron aún más (y, no sólo económicamente). En realidad, el desarrollo económicos español se ha producido a base de chupar rueda -por emplear términos ciclistas- del desarrollo europeo. Y no soy solo quien dice esto. Ahí están las conocidas tesis desarrollistas de Funes Robert durante los años 60, montadas sobre la riqueza marginal de Europa y los ingresos turisticos.

Por último, quisiera hacer una observación de política general. Sabemos que, en la época que nos ha tocado vivir, tres ideologías principales se reparten el cotarro: la comunista, la neo-liberal y la fascista. Todas ellas se apoyan -teóricamente- sobre un valor preponderante: la primera, sobre la igualdad; la segunda, sobre la libertad; la tercera, sobre el orden. Pues bien, no es dificil apreciar que España, durante todos estos últimos años, y dentro del contorno europeo, ha estado prácticamente a la «cola», tanto en igualdad, como en orden, como en libertad.

Durante el período de sus planes de desarrollo, y considerando la totalidad del sistema de valores, perdió puestos en el «ranking» internacional.

Las espadas están, pues, en alto; salgamos, si el señor López Rodó se digna, a la pizarra. Conviene que para ello se pertreche de datos, fuentes y metodología comparativa, pues es comprensible que se encuentre con más dificultades que presentando los resultados de sus planes de desarrollo ante nuestras Cortes.

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