RTVE: el colonialismo

Televisión Española, pese a todas las reestructuraciones, no acaba de alcanzar la normalidad en el índice de aceptación. El segundo semestre de este año se presenta como uno de los más críticos de los veinte años. Los telespectadores no son los únicos descontentos. Seiscientos profesionales del medio han denunciado el colonialismo extranjero que invade la programación de RTVE. Los directivos se apresuran, como en los mejores tiempos, a lanzar desmentidos. Según el último, el 75 % de los programas es de producción propia. Sin embargo, el panel de audiencia desmuestra que la producción propia es la que menos gusta, salvo algunas excepciones como Un, dos, tres; Escuela de salud, o Informe semanal. La prueba evidente de que en nuestra televisión no existen ni ideas, ni programas propios capaces de interesar al público, la ofrecen, una vez más, los telefilmes y los espacios cinematográficos. Las películas de cine y los sucedáneos televisivos, nacidos como producción seriada, son los que más gustan al espectador y son, en su absoluta mayoría, de procedencia extranjera. Ni siquiera los niños se libran de este colonialismo, acrecentado, además, por la permanente oferta de contenidos violentos, tanto en las dramatizaciones como en las sesiones de dibujos animados. En RTVE no ha habido verdaderamente cambios. Es más, las restricciones aumentan. Por ejemplo, los temas políticos sólo podrán afrontarse en los espacios informativos y no en los culturales.