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Salamanca, a la espera de la investigación judicial sobre posibles agresiones

«Hay que dar un escarmiento.» Esta frase, oída en la puerta de la sede de los Juzgados de Salamanca a un comerciante que iba a denunciar el robo en su establecimiento, en la noche del 29 al 30 de octubre pasado, de aparatos de radio por valor de cerca de 300.000 pesetas, refleja el estado de ánimo de una población que viene asistiendo impotente en las últimas semanas al aumento del número de robos y agresiones, con frecuencia en las mismas calles céntricas de la ciudad. Es verdad que la insuficiente información sobre estos hechos ha dado lugar a que surgiese el rumor, la exageración o la simple falsedad. Sin embargo, ciertos hechos parecen haberse producido realmente, sin que hayan sido inventados por nadie.

La investigación judicial iniciada y el esfuerzo informativo realizado la semana última parecen haber devuelto la tranquilidad y la confianza a los salmantinos, pues esperan conocer con exactitud cuáles han sido los hechos auténticos y cuáles los simples rumores que durante varias semanas les han tenido sobrecogidos, retraídos a ciertas horas del día en sus casas o les han obligado a adoptar ciertas medidas personales de seguridad. Este clima más relajado puede ser muy útil para la investigación judicial, pues facilitará la colaboración ciudadana en el esclarecimiento de los hechos. Según nuestras noticias, ya se habrían producido contactos en este sentido con el juez encargado de la investigación.La existencia, en pleno florecimiento, de bandas juveniles en Salamanca, es un hecho cierto. Sus acciones son reflejadas al menos en una mínnima parte, en los medios informativos locales, se desarrollan según parece en dos campos: el del robo y el del sexo. Si los hechos que se producen en el primero tienen más posibilidad de llegar al conocimiento de las autoridades y la opinión pública, no ocurre lo mismo con los que se producen en el campo del sexo, dada la naturaleza vergonzante que se les atribuye, sobre todo por las personas que los sufren o por sus familiares.

Los hechos o rumores (en espera de los resultados de la investigación judicial tanto pueden ser una cosa como otra) que han llevado la inquietud en las últimas semanas, son los siguientes: en la céntrica plaza de los Bandos, un joven, hijo de un catedrático, fue salvajemente apaleado hasta dejarle tendido y con graves lesiones; otro joven, estudiante de los salesianos, hubo de ser ingresado en el hospital, gravísimo, con bárbaras amputaciones en el aparato genital, hechas con un instrumento cortante; una joven fue violada por varios individuos, en las proximidades de un establecimiento público y en presencia de su novio, a quien sujetaban, tras haberle propinado una soberbia paliza; otra joven, hija de un empleado de banco, sufrió criminales agresiones por arma blanca en los pechos, después de haherla obligado a entrar en un portal... Según el diario La Gaceta Regional, de Salamanca (domingo, 24 de octubre), «estos hechos increibles vienen sucediéndose en Salamanca últimamente; hora, de nueve a once de la noche; autores, una o unas bandas de mozalbetes, de edades comprendidas entre los catorce o quince años, armados de cadenas de moto o bicicleta, de porras con pinchos y de guanteletes metálicos». El lugar donde han podido cometerse estas agresiones sería el barrio Garrido, en la zona de ampliación de Salamanca, con una población de más de 40.000 habitantes, pero también en pleno centro de la ciudad, muy particulármente en el parque La Alamedilla.

Casos concretos

El artículo de La Gaceta Regional, de 24 de octubre, fue el detonante que puso en marcha la reacción de las autoridades ante los hechos o rumores que venían produciéndose en los días anteriores. Al día siguiente, en rueda de prensa convocada por las autoridades policiales de Salamanca, se ponía de manifiesto que «sólo hay rumores, no existe ningún dato que confirme las informaciones referentes a los casos de violaciones y abusos de que han sido objeto una serie de habitantes de la ciudad por grupos, de los que tampoco se tiene noticia verídica de su existencia». En relación con los cuatro casos denunciados por La Gaceta Regional de 24 de octubre, el comisario-jefe precisó en dicha rueda de prensa: «Deben ustedes informar en el sentido de que hay que rechazar los rumores que insistentemente han circulado por la ciudad, ante la falta total de pruebas, hasta el extremo de que podemos afirmar que los cuatro casos concretados en su periódico son absolutamente infundados. No existen, al menos tras las investigaciones a fondo que hemos realizado en las últimas 48 horas».Al mismo tiempo que se hacían tales aclaraciones policiales que, según La Gaceta Regional de 27 de octubre, en realidad no aclararon del todo el tema, la autoridad judicial, a instancias del fiscal de la Audiencia salmantina, iniciaba formalmente una investigación esclarecedora de cuanto se venía comentando y afirmando. El día 28 de octubre el asunto de las salvajes agresiones en Salamanca saltó a las páginas de los medios informativos nacionales, lo que motivó que ese mismo día se hiciera pública una nota del Gobierno Civil, de efecto fundamentalmente tranquilizante, en la que se afirmaba que «no existe constancia en ningún centro oficial de tales agresiones, pues no han sido objeto de denuncia. Lo único que ha habido son las normales reyertas y acciones inciviles inevitables en ciudades de cierta entidad».

En fechas anteriores, concretamente el día 10 de octubre, La Gaceta Regional informaba: «Desde hace unos veinte días se vienen registrando atentados y agresiones a jóvenes por grupos que", al parecer, actuaban en bandas organizadas. Una de éstas, formada al menos por once jóvenes, de edades comprendidas entre los quince y veinte años, se denominaba Lassy, en razón a una perra que poseía y, que por haber muerto, bautizaron con su nombre a la banda. Ante algunas denuncias presentadas, sobre todo una formulada por varios padres de familia, la policía extremó su vigilancia a fin de conseguir su detención. Se sabe que se han producido once casos de agresiones, pero solamente en la comisaría se presentaron tres denuncias. El hecho que ya alertó a la policía se cometió el día 30 de diciembre último, y la víctima fue el joven Javier Ruipérez Alamillo, al que golpearon brutalmente».

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El día 28 de octubre, recién estallado el caso de las presuntas salvajes agresiones, la prensa salmantina, «con el ánimo de colaborar con la Justicia y combatir el rumor con datos concretos», aportaba dos casos recientes de agresiones ocurridos en los primeros días de septiembre pasado, en los que las víctimas fueron dos jóvenes, quienes fueron asaltados en la madrugada por desconocidos con el objeto de robarles

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