Nuevas formas de energía a partir de los seres vivientes

Desde que los precios de los combustibles se dispararon, un doble movimiento se ha producido en todo el mundo: por una parte, ahorrar energía; por otra, producir más. Desde el pasado lunes, un amplio grupo de científicos europeos discute en Pont-a-Mousson, bajo los auspicios M Consejo de Europa, un tema en el que podría estar la clave del futuro energético humano: los sistemas vivientes como convertidores de energía.

A la reunión de Pont-a-Mousson, asisten especialistas de toda Europa, entre ellos cuatro premios Nobel y el profesor español Oró, sobre la enigmática y básica relación entre la energía y la vida.Se admite desde hace varios años la idea de que esas agrupaciones moleculares que somos los seres vivientes, en su misma esencia -es decir en su origen por una parte y en su funcionamiento por otra- están determinados por la evolución de leyes energéticas de la materia de la periferia terrestre. Esta materia que constituía nuestro planeta hace millones de años es la que, siguiendo precisamente leves de ahorro energético, ha dado origen a esos prodigiosos sistemas que son los seres vivientes.

Según esas leves, todo sistema mantenido en permanencia sobre un flujo de energía y de materia evolucionaría obligatoriamente en un sentido tal que llegan a aparecer estructuras de adaptación, identificables a los seres vivientes. En otras palabras, la dialéctica de la materia y la energía conduce a la vida. El papel esencial de esas estructuras vivientes que han poblado nuestro mundo sería limitar las degradaciones de la energía en calor.

Aplicaciones

Cómo pueden influir estas teorías, que ven a los seres vivientes como un producto de la dinámica energética del universo, sobre la tecnología y la economía humana de nuestros días? Al parecer, la proyección de todo ello va a ser seria. En abril de 1975, la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa creaba un grupo de estudio con un objetivo central: ver qué tienen que enseñarnos los sistemas biológicos como convertidores de energía.El grupo de estudio, bajo las siglas BECS (Biological Energy Conversion Systems), coordinaría a nivel europeo la investigación que se está haciendo en el continente sobre esta incidencia de la vida sobre la energía, y de la energía, sobre la vida. Reunidos en este grupo, los investigadores de diversos laboratorios europeos han emprendido, bajo la dirección del profesor René Buvet, vicepresidente de la universidad de París, Val-de-Marne, (Laboratorio de Energía Bioquímica) el estudio conjunto del funcionamiento y el papel energético de los sistemas vivientes y precisamente, a nivel molecular, a nivel de las ultraestructuras elementales de las células (en particular de sus membranas) y a nivel de esos sistemas integrados que constituyen las células los organismos y las poblaciones vivientes.

Los ciento cincuenta investigadores europeos y de fuera del continente que están reunidos en Pont-a-Mousson, desde el lunes pasado, están efectuando el intercambio de las últimas investigaciones en estos dominios: biofísica espacial, psicología, medicina aeroespacial, trombosis, informática médica, teledetección... Pero lo realmente importante será la consecuencia de todo ello. Como colofón del encuentro tendrá lugar una extensión de la discusión de estos temas a nivel económico-político. La investigación realizada va a permitir poner a punto procedimientos nuevos de recuperación de energía.