Primeras críticas al organismo unitario gallego de la oposición

La idea recientemente lanzada por A Táboa Democrática de Galicia, y particularmente apoyada poco después por el Partido Comunista de Galicia, de formar un organismo unitario gallego que se llamaría Asamblea de Galicia, acaba de recibir la primera respuesta crítica. Un comunicado de la Asamblea Nacional Popular Galega puntualiza que no existe el vacío popular político que pretende llenar la citada idea, y que el estatuto de 1936 no responde hoy a las necesidades del pueblo trabajador gallego, razón por la que no puede servir de base para unir a la oposición de Galicia.

«Consideramos -dicen los nacionalistas de la ANPG- que no existirá democracia en Galicia mientras se mantenga la colonización política, económica y cultural que sufre nuestro pueblo. Consecuentemente, sólo en una situación de autogobierno toman pleno sentido las libertades democráticas». Afirman también que no existe vacío político sino una división política entre el nacionalismo popular gallego y el españolismo como ideología y práctica política que, en su opinión, subordina los intereses populares a otros ajenos que ni siquiera son prioritarios de las clases trabajadoras de otras nacionalidades.

La ANPG se declara en favor de la unión de la oposición y de la movilización de masas hacia la consecución de un gobierno gallego, el pacto federal y un programa de desarrollo económico, social y cultural, que asegure la eliminación de la emigración, la industrialización racional, la creación de puestos de trabajo, las reformas agraria y pesquera, etcétera.