Mañana se inaugura el hipódromo de El Saler
Mañana sábado se inaugurará en Valencia el hipódromo de El Saler. Con la apertura de estas nuevas instalaciones el número de recintos hípicos se eleva a cuatro, además de los tres provisionales en los que esporádicamente se vienen celebrando reuniones.Las capitales que hasta ahora han tenido hipódromo en nuestro país han sido: Madrid, con el de La Zarzuela; San Sebastián, con el de Lasarte y Sevilla, con el de Pineda. De todos ellos es el de La Zarzuela el más importante, tanto por sus instalaciones, como por las jornadas que en él se disputan.
Esporádicamente, en Vilaseca Salou, en primavera, en Sanlúcar de Barrameda, los primeros días de septiembre, y en el Puerto de Santa María, en agosto, los ayuntamientos de estás ciudades suelen organizar pequeñas reuniones, que no tienen la importancia de las que se disputan en Madrid, San Sebastián o Sevilla.
Durante los últimos meses se ha hablado mucho de la posibilidad de que unos cuantos propietarios madrileños junto con algunos catalanes construyeran en Barcelona o en sus proximidades un nuevo hipódromo, que sería el quinto de nuestro país, aunque parece que las negociaciones con el Ayuntamiento de Barcelona para la adquisición de los terrenos no están siendo muy fructíferas.
Es para el turf español una grata e importante noticia la de la inauguración del hipódromo valenciano. Muchos años se ha tardado en construir estas nuevas instalaciones, porque hacer en España un hipódromo no es nada fácil.
El hipódromo de El Saler está levantado sobre terrenos adquiridos especialmente por los componentes de la Sociedad Valenciana, terrenos que por otra parte han levantado gran indignación entre los valencianos, ya que para muchos el construir en El Saler este recinto hípico constituye un atentado ecológico.
Sean o no propicios los terrenos del nuevo hipódromo valenciano, lo que es importante es que el número de hipódromos en España sea mayor. El desarrollo alcanzado por las carreras de caballos en España en los últimos seis años ha sido sorprendente. Hemos pasado de tener unas deficientes y escasas instalaciones y un escaso número de caballos, a contar con varios hipódromos y con más ejemplares, no los suficientes como para mantener abiertos todos los recintos a la vez, pero sí para que estén funcionando dos de ellos a la par. El problema del turf español no es el de falta de instalaciones, es el de caballos.
Por desgracia las carreras en España siguen siendo un deporte destinado a los «ricos», ya que mantener un caballo cuesta nada menos que 12.000 pesetas mensuales, sin contar los cuidados médicos y lo que hay que pagar por su compra. La mayoría de los ejemplares que corren en nuestro país son importados.
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