Malo es que se harten los clubs
Tristemente, y mientras no cambien las cosas, es muy posible que sean éstas las palabras postreras con referencia a un club de béisbol. En efecto, el Condepols madrileño, patrocinado por una firma granadina, difícilmente podrá resistir el último golpe de una sanción por dos años. La Federación, según se desprendía de su nota oficial, «se lo ha quitado de encima» casi definitivamente.Este tema, sin embargo, no es de ahora. Tiempo atrás, dentro del minoritario béisbol español -las grandes ligas norteamericanas son algo fuera de nuestro limitado mirador deportivo, como lo fue, por ejemplo, el rugby tradicional hasta hace bien poco tiempo, sólo popularizado por los encuentros del 5 Naciones-, las aguas no están demasiado claras. La persecución de que ha sido objeto Condepols -o los hombres que lo rigen aún ahora en el campo deportivo y que antes jugaban bajo otros nombres del club ha sido siempre muy de lamentar. Primero en la Federación Castellana y más tarde en la Nacional se han tomado decisiones en su contra, muchas veces -comprobado- sin razón. Su última retirada del Campeonato de España, forzada en parte también al verse apoyado por los clubs catalanes, ha sido la gota-decisión que ha derramado el vaso de su paciencia". No podían, ni querían esperar a que los recursos -por, la participación, según ellos indebida, del Johnson & Johnson- ante la Junta directiva de la Federación Española y ante la DND, se demoraran hasta mediados del año que viene. Se enfriarían las cosas y no habría golpe de efecto, Sin agotar, pues, todos los cauces legales; sin estar incluso perfectamente claro el artículo clave del lío, es triste que un club se haya arriesgado a tan fuerte sanción por estar «harto». Muy malo el que se harten los clubs. Es un precio caro.
