Iturriaga y Romay, un futuro prometedor

El pasado fin de semana, en Valladolid, pudimos ver en acción a cuatro equipos de nuestra Primera División y sacar conclusiones sustanciosas.En los dos primeros partidos, los de la jornada sabatina, que por problemas de hora no pudimos dar una información más amplia, vimos dos encuentros bonitos. Primero, un Valladolid-Estudiantes disputado en un principio y dominado después por los madrileños, para acabar con el resultado favorable a éstos de 103-85.

Él Real Madrid obtuvo su pase a la final a costa del Basconia, que, sabedor de su inferioridad técnica, no dejó de luchar ni un solo instante, pero la diferencia entre ambos conjuntos es notoria como para esperar una sorpresa que no se produjo. El 113-76 final es elocuente.

Vamos a repasar el torneo, dejando al margen los encuentros, aunque nos ciñamos a lo que se vio en ellos, pero de una forma individual en cada equipo. El Real Madrid fue, sin duda, el mejor conjunto, se mostró en un momento bueno de forma para los inicios de temporada en que nos encontramos y con las individualidades que ya mencionamos en la crónica de la final. Lo más esperado era ver en acción a López Iturriaga y a Romay. El primero se ha mostrado como un jugador muy inteligente con fuerza, salto y ganas, que pasa el balón como pocos y cuyo defecto principal estriba en el tiro a canasta, que debe perfeccionar.

Fernando Romay fue el jugador más aplaudido del torneo, el baloncesto español lo espera todo de él. Sus 2,12 metros a los dieciséis años le hacen ser la más firme promesa con que contamos y por eso, al observar la progresión plasmada en las seis canastas que consiguió el júbilo se hizo notar hasta en sus propios compañeros, que se abrazaban en señal de triunfo.

De Estudiantes ya conocíamos a todos sus jugadores, la novedad se llama Ed Gregg, el altísimo americano ha dado pruebas de que puede ser un jugador sumamente útil para el conjunto. Le falta seguridad en las manos y afianzarse en defensa.

Buen equipo nos pareció el Basconia, muy conjuntado y joven. Destaca sobre todos Ortiz de Pinedo, y Bruce Howland que, aunque escaso de centímetros sólo ronda los dos metros es un luchador incansable y certero anotador. Los Garayalde, Goyo, Segurola y Querejeta deben afirmarse en el equipo, apoyados en la veteranía de Luquero y Junguito, y el Basconia dará más de un disgusto. .

Al equipo que dirige Moncho Monsalve, el Valladolid, se le notan las vicisitudes por las que ha atravesado el club; no obstante, se observan buenas individualidades que deben conjuntarse más y, sobre todo, luchar en defensa, su punto más débil. Puente,Price y Seara sobresalen del restó. Se espera más de Beirán y Martín de Francisco, que debe trabajar a fondo para bajar kilos y dar al equipo lo que la afición espera de él. La incógnita se llama Joe Artíme, un cubano nieto de españoles que espera cubrir plaza como oriundo; la verdad que en ninguno de los dos partidos nos gusto.