Toman posesión los nuevos concejales

Por la mañana, tomaron posesión de sus cargos los nuevos presidentes de Juntas Municipales que el alcalde de Madrid, Juan de Arespacochaga, nombró por medio de 12 decretos, el pasado jueves.

«La satisfacción de un acto, como el de hoy, dijo el alcalde en las palabras que pronunció durante la toma de posesión, se ve en cierto modo amargada por situaciones límite a que ha llegado en algún distrito que, si bien no debe afectaros, en su aspecto formal por su poco peso aritmético-ciudadano, sí debemos intentar evitarlas por lo que supone de desenfoque de actuaciones. Sean cualesquiera las razones que, al alcalde le han llevado a remover algún distrito, los presidentes existentes en la reordenación general de éstos, la rebeldía de uno solo es siempre actitud, reprobable, pero todavía, es peor la utilización activa o pasiva del vecindario para fines propios: si aquélla puede ser perdonada, esta utilización personal no, es digna de un concejal».

Llantada, incomunicado

Por su parte, el señor Llantada, hasta ahora presidente de la Junta Municipal del distrito de San Blas-Hortaleza y que ha sido trasladado, por decreto del alcalde a la de Mediodía, a quien directamente se dirigía el señor De Arespacochaga en su alocución, continúa internado en la clínica Los Nardos, a donde fue trasladado el sábado pasado «ante un inminente accidente cardíaco». En la clínica en cuestión se han prohibido toda clase de visitas y llamadas telefónicas, si bien informan que la situación no ha empeorado,Los nuevos presidentes de Juntas Municipales son los señores Martínez Emperador, en San Blas-Hortaleza; Hernández Lázaro, en Villaverde, Morán Navalón, en Tetuán;: Alvarez Avellás, en Latina; Jiménez González, en Arganzuela; Fernández Rodríguez, en Vallecas; Horcajo, en Retiro; Casiellanos, en Moratalaz; Bañalés, en Carabanchel; Marcos de Lanuza, en Ciudad Lineal, y Llantada, en Mediodía, así como la señorita Martínez Montero, en Fuencarral.

A última hora de latarde el teléfono de la clínica Los Nardos seguía incomunicado y las posibilidades de hablar con Julio Llantada eran nulas en cumplimiento de lo dispuesto por los médicos que le atienden.