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Se rompe el hielo entre el Vaticano y monseñor Lefèbvre

El Papa Pablo VI recibió ayer a monseñor Marcel Lefèbvre, el obispo tradicionalista francés suspendido a divinis por oponerse alas reformas litúrgicas y a la concepción de la Iglesia, introducidas por el Concilio Vaticano II.

La audiencia fue preparada con la más absoluta reserva. Se sabía que Lefébvre se encontraba en Albano, a pocos kilómetros de la residencia del Papa, en la residencia de religiosas de la Hermandad Sacerdotal San Pío X por él fundada, donde viven un capellán, un sacerdote y una docena de monjas de nacionalidad francesa, española o belga, entre ellas una hermana del mismo Lefèbvre.

Lefèbvre había llegado a Albano inesperadamente en coche, proveniente de Francia. El miércoles pasado visitó en Fanleaus, cerca de Carcasonne, a la comunidad Clarte'-Dieu, compuesta por religiosos, que el año pasado abandonaron la orden dominicana del Sagrado Nombre de Jesús, de Toulouse, porque rechazaron las decisiones del Concilio Vaticano II. En la homilía que Lefèbvre pronunció en Lille hace algunos días, a pesar de estar suspendido a divinis, dijo entre otras cosas: «Tenemos que permanecer fieles a la fe y alimentamos la esperanza de encontrar una solución a las dificultades que nosotros encontrarnos con el Vaticano ». Tras manifestar su deseo de entrevistarse con el Papa, concluyó: « Diremos al Papa: dejad nos proseguir en la experiencia de la tradición».

Comunicado oficial

Tras la entrevista, monseñor Lefèbvre manifestó: «Estamos satisfechos de nuestro encuentro con el Santo Padre. Este sólo ha sido un primer encuentro y esperamos que pueda continuar el diálogo. Ahora hay que pensar en las palabras que hemos pronunciado». Con un gesto relajado y con pocas ganas de hablar, monseñor Lefèbvre hizo notar que «no hemos llegado a ninguna conclusión», pero resaltó que «tal vez podamos encontrar una solución para todos aquellos católicos turbados por todas las cosas que se han producido después del Concilio». Manifestó. también el ex arzobispo de Tulle que espera « poder ver al Papa d e nuevo » y reconoció que su satisfacción se basaba en que «en dos días se ha resuelto lo que no he conseguido en dos años hasta el punto de que no tenía ninguna esperanza de poder encontrarme con el Papa». Tanto del comunicado oficial del Vaticano como de las palabras del prelado disidente, los observadores obtienen elementos optimistas. Fuentes eclesiásticas de Roma han considerado que la entrevista ha conseguido atenuar las tensiones, aunque ello no quiere decir que todo esté resuelto.Monseñor Lefèbvre, tras abandonar Castelgandolfo y después de intentar despistar a los periodistas que seguían su automóvil, se dirigió a la sede que la Hermandad de San Pío X tiene en Albano, a unos veinte kilómetros de Roma.

Es muy probable que conciliatorio haya sido el tono de la audiencia. Solamente ayer por la mañana el vicedirector de la sala de. prensa del Vaticano, Piero Franco Pastore, leyó el siguiente comunicado:

Ahora, se estima en fuentes oficiosas vaticanas, se «ha roto el primer hielo» pero se abre un compás de espera, cuyos desarrollos no podrán obtener resultados concretos en un plazo inmediato.

«Su excelencia, monseñor Marcel Lefèbvre acudió ayer a Castelgandolfo para solicitar audiencia del Santo Padre. Fue recibido esta mañana a las 10.30. Su Santidad, después de haber hecho notar que los problemas planteados han sido siempre y son seguidos por el Papa con la más viva y constante pastoral atención, lo ha invitado con particular paterna intensidad a reflexionar sobre la situación tan gravemente perjudicial por él creada en la Iglesia, as! como sobre sus personales responsabilidades ante el grupo de fieles que le siguen, ante toda la comunidad eclesial y frente a Dios».

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