Jensen marcó tres goles en su presentación

La presentación de Jensen ante la afición madridista resultó un rotundo éxito. El danés había gustado mucho en los partidos de pretemporada, y la afición sentía deseo de comprobar por sí misma la veracidad de las informaciones. Jensen, con sus goles y con su aportación general al conjunto, maravilló a la hinchada blanca y se ganó los mejores aplausos de la noche, a medias con Grosso, el homenajeado.No empezó bien el partido. El Slavia, que aunque después resultase goleado dio desde los primeros minutos, la impresión de ser un buen equipo; pareció dispuesto a aguar la fiesta del homenaje a Grosso. Su juego, sencillo, bien concebido y llevado a cabo por un grupo de excelentes jugadores, desconcertó en principio al Madrid, que no pasó en la primera fase del partido de hacer el papel de comparsa. En el minuto ocho, Jebavy peinaba suavemente el balón a la salida de un córner y adelantaba a los suyos en el marcador. Entonces, Grosso decidió renunciar a seguir en el campo y cedió su puesto a Del Bosque. El cambio estaba programado así desde un principio, y el ya ex jugador pensó, con buen juicio, que el Madrid funcionaría mejor cuando, tras retirarse él, el resto del equipo perdiera la sensación de jugar un partido amistoso.

Efectivamente, con el cuadro completo en el campo y con un gol en contra, el Madrid comenzó a tomarse el partido a pecho. Aquello comenzó a funcionar bien a pesar de las flojas aportaciones individuales del propio Del Bosque, desconocido por su imprecisión en el pase, y de Guerini, que aunque por ahí ha hecho unos magníficos partidos en la pretemporada, anoche, en Chamartín, mejoró muy poco las actuaciones que se te recuerdan. Pero pese al flojo tono de estos dos hombres, el Madrid supo encontrar el ritmo de su nuevo juego, y su fútbol mejoró progresivamente hasta anular el del Slavia y anotarse una goleada clara y justa. Breitner, Velázquez y Jensen son los organizadores de este equipo que se parece muy poco al de las dos últimas temporadas, tan aficionado a bombear balones. El Madrid busca ahora un fútbol raso, hecho de rapidez y repentización, con libertad para el trabajo imaginativo de cada cual. Un fútbol bello y práctico, porque el equipo tiene el suficiente número de bueno, atacantes como para que la fórmula ofrezca posibilidades de frecuentes jugadas de peligro en el área contraria, y porque subsiste la base de la buena defensa de las últimas temporadas.

El Slavia, un buen equipo,aguantó bastante bien durante muchos minutos, pero la superioridad del Madrid hizo que, poco a poco, los goles fueran cayendo en la meta de Starek. Al filo del descanso, el equipo blanco ya se había puesto por delante, gracias a goles de Jensen y Santillana. En la segunda mitad el Slavia se vino un poco abajo, en parte por fatiga, en parte por el resultado y en parte, porque vio que el árbitro colaboraba algo con el Madrid y que allí no se podía hacer otra cosa que aguantar y esperar que aquello terminase pronto. El Madrid hizo su juego cada vez más fácil, y el rendimiento individual de sus hombres mejoró a favor de las circunstancias. Por eso, aunque el Slavia de cuando en cuando construía buenas acciones de ataque y ponía en compromiso a Mil.,uel Angel, la superioridad de los de Mi1janic fue cada vez más clara, del mismo modo que fue cada vez más clara la utilidad del nuevo fichaje. Jensen supo estar al principio y al final de las jugadas, coláboró en la gestación de los avances y estuvo las más de las veces en su culminación. Dos goles más, y dos tiros a la madera, todo ello en la segunda mitad, encandilaron al aficionado, que vio en este hombre y en el nuevo juego del Madrid los augurios de una triunfal temporada. La despedida de Grosso, pues, pasó a un segundo plano ante el recibimiento a esta nueva gran esperanza blanca, que nos viene de un país sin tradición futbolística, Dinamarca, pero que se ha acreditado en Chamartín como un jugador importante, peón y estrella, creador y rematador.