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El Gobierno quiere ultimar su ley de bases de la reforma

En el día de ayer continuaron los despachos del presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, con distintos miembros del Gabinete. Durante la mañana recibió al ministro de Marina, Gabriel Pita da Veiga; al de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, y al vicepresidente y ministro de la Presidencia, Alfonso Osorio.Tanto el presidente como algunos ministros abandonaron ayer tarde Madrid para retirarse a descansar el fin de semana. Adolfo Suárez marchó a Almería, Alfonso Osorio a Santander y Marcelino Oreja a San Sebastián, donde está establecido el Ministerio de Jornada.

Este paréntesis de week-end se produce tras una semana pródiga en contactos y reuniones ministeriales. Al margen del Consejo de Ministros en el que se aprobó la última serie de medidas económicas -quedan por decretar varias disposiciones de tipo social, que se abordarán en el próximo Consejo-, el Gobierno ha mantenido numerosos contactos a lo largo de estos últimos siete días, el más importante -por su duración y por los temas abordados- el celebrado la noche del jueves en Castellana, 3, entre el presidente y diez ministros.

Esta inusitada actividad gubernamental en fechas veraniegas y con reuniones hasta las dos de la madrugada parece evidenciar el interés del Gabinete por ganar tiempo cara al ya muy próximo otoño. Es evidente que el proyecto de reforma constitucional, que debía estar totalmente perfilado a finales de este mes, ha sufrido un retraso en los planes previstos.

Los distintos borradores del proyecto de ley de bases de la reforma -en cuya elaboración están trabajando los departamentos de Gobernación, Presidencia y Secretaría General del Movimiento- no están aún ultimados y la reunión de la noche del jueves pudo estar dedicada en gran parte a coordinar y acelerar estos trabajos, a fin de poder presentar un proyecto a primeros de septiembre.

Otro de los temas que ocupa la atención ministerial es la elaboración de la Ley Electoral, que, en principio, parece que va a seguir el sistema francés; es decir, con representación proporcional y ballotage o segunda vuelta. Este punto ha sido objeto de diálogo en los pasados contactos entre el Gobierno y la oposición, y en este momento se presenta como el tema clave del proceso democrático en que está comprometido el Gobierno tras la declaración del presidente Suárez al tomar posesión.

La próxima semana será, según todos los observadores, decisiva para el esclarecimiento de la postura del Gobierno en torno a un verdadera avance democrático o un regreso a la estrategia de la «reforma escalonada».

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