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El fútbol español, plagado de no seleccionables

El 19 de diciembre del pasado año, la Delegación Nacional de Deportes dictó una norma por la que a partir de la temporada 1979-1980 no podrán figurar en la plantilla de ningún club de categoría nacional más de dos jugadores no aptos para ser seleccionados. En la exposición de motivos se justificaba esta disposición alegando que beneficiaría a la selección española, dado que la FIFA prohibe la inclusión en los combinados de cada país de futbolistas internacionales con el equipo de su país de origen o de extranjeros. La norma de la DND, inconstitucional a todas luces, ha sido ignorada hasta el momento presente por los diferentes clubs.Los equipos de Primera División no se han sentido arredrados con la normativa de la DND. En los prolegómenos de la temporada 1976-1977 han sido varios los que han seguido con la política de fichar a jugadores extranjeros o no seleccionables. El Las Palmas, por ejemplo, se hizo con los servicios de Brindisi cuando en su plantilla figuran Wolf, Morete y Carnevali, el Real Madrid, con los de Jensen, cuando en su nómina están Breitner y Guerini.

España organizará el Mundial de 1982 y la Delegación Nacional de Deportes quiere dar las mayores facilidades para que en esas fechas la selección nacional tenga una categoría en el concierto del fútbol internacional. Pero la norma no puede tratar de tapar unos agujeros que se abrieron cuando se permitió la entrada de extranjeros en las plantillas españolas.

En la larga relación de clubs -a tenor de la norma de la DND- que han de desprenderse de varios jugadores en el plazo de dos años figura en cabeza el Atlético de Madrid. En las filas rojiblancas militan Pereira, Leivinha, Ayala y Heredia, aquellos dos extranjeros e internacionales con Brasil, éstos, nacionalizados e internacionales con Argentina. Dos de los cuatro habrán de abandonar el club. En el Barcelona, Cruyff, Neeskens o Sotil habrán de cambiar de aires; en el Español, Jeremías, Ortiz Aquino o Caszely; en el Zaragoza, Arrúa, Bastos o Jordao, por citar los casos que están en el ánimo de todos.

Los intereses creados en el fútbol español, sin embargo, son tan grandes, que no sería extraño que los clubs encontrasen en medio para zafarse de esas disposiciones antes de que entren en vigor. Cuando se permitió la entrada de oriundos, siempre que no hubiesen sido internacionales en su país de origen, se dieron flagrantes casos de falsificación de documentos. Ahora buscarán una salida a los millones que han invertido en las docenas de jugadores que patean los campos españoles y que no tienen cabida en el apartado de seleccionables.

Los clubs, no obstante, tienen un asidero a nivel legal para dar otra forma a la norma de la DND. Las disposiciones de 19 de diciembre de 1975 son inconstitucionales por lesionar los derechos que muchos jugadores -internacionales con su país de origen- nacionalizados tienen al trabajo.

Según esa disposición, Heredia y Ayala, del Atlético de Madrid -por poner un ejemplo- podrían verse privados del ejercicio de su profesión, la de jugador de fútbol, y su trabajo, integrante de la plantilla de un equipo. Y esto pugna, evidentemente, con la constitución española plasmada en las Leyes Fundamentales. El derecho al trabajo que concede el Fuero de los Españoles, el Fuero del Trabajo y algunas otras leyes sustantivas hacen nula de pleno derecho la normativa de la Delegación.

En cualquier caso, la norma de 19 de diciembre apunta la intención de la Delegación Nacional de Deportes de sanerar el fútbol español y, en especial, las plantillas de los clubs. Unas entidades estas que han propiciado que el mercado de futbolistas en nuestro país sea el más caro de toda Europa y que han dado lugar a que se incorporasen una pléyade de extranjeros que, en la mayor parte de los casos, y según opinión de muchos técnicos, no han aportado nada nuevo para quitar, al tiempo, puestos de trabajo a jugadores españoles.

No obstante, parece poco menos que improbable que para la temporada 1979-1980 en Primera División estén inscritos solamente 36 jugadores no seleccionables: es decir, 32 sí la postura de la Real Sociedad y Athlétic de Bilbao de no incorporar a ningún elemento no español de origen a la plantilla se mantiene hasta esa fecha; lo que por otra parte, parece más que seguro.

La Federación del silencio

La Federación Española de Fútbol se niega en rotundo a facilitar la relación -oficial, por otra parte- completa de los jugadores no seleccionables. En más de una ocasión actuó con el combinado nacional algún jugador que no reunía -legítimamente- las condiciones para vestir la camiseta de la selección. Y el organismo responsable, ante la posibilidad de que le pillen en nuevo renuncio, ha decidido ocultar la lista. Procede éste anacrónico con un sistema de publicidad español restringido a ciertos temas, pero eficaz.La Federación Española se niega a facilitar información sobre lo futbolistas con que no puede contar Ladislao Kubala cuando cualquier español puede -y tiene derecho- a acudir al registro civil por ejemplo, para verificar personalmente las distintas partidas de nacimiento. El registro de no seleccionables de la Federación Española desestima la característica fundamental de todos los registro españoles: la publicidad. No sorprende, sin embargo, una actitud tan reiterada con el paso del tiempo. El silencio, aparentemente, es un signo de cobardía.

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