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MONTREAL 76

La gimnasia olímpica se apellidó Comaneci y Andrianov

La gimnasia fue una vez más en los Juegos Olímpicos disciplina destacada. En esta ocasión la parcela femenina, con la figura deslumbrante de Nadia Comaneci, acaparó la máxima atención. Se lograron las puntuaciones más altas de la historia, y si la rumana dominó en el plano individual, la URSS aún lo hizo por equipos. En el campo masculino, disminuido su valor en la comparación con las féminas, sucedió algo parecido. El soviético Andirianov fue el gran dominador individual, mientras por equipos ganaba él compacto equipo japonés, con el veterano Kato a la cabeza.

La gimnasia alcanzó en Montreal las más altas cotas de, su historia gracias a su parcela femenina y, sobre todo, a un nombre: Nadia Comaneci, rumana de sólo catorce años, que fue ya a los Juegos como una figura consagrada en el ámbito gimnástico, pero totalmente desconocida a nivel popular. En poco menos de ocho horas de actuación memorable conquistó todas las admiraciones mundiales con las mayores hazañas jamás realizadas por gimnasta alguna. Tres veces se le puntuó con 10, el máximo posible según el reglamento, dos en las paralelas asimétricas, su mejor aparato, y otra en la barra de equilibrios. En total obtuvo tres medallas de oro una de ellas el concurso individual absoluto, una de plata y otra de bronce. Fue, sin duda, la primera gran sensación de los Juegos antes de la confirraación de Kornelia Ender o John Naber en la natación y de Juantorena o Viren en el atletismo.Nuevo sistema de puntuaci-ón

¿Qué significa un 10 en gimnasia? La perfección, desde luego, Pero veamos cómo se flegá a ello. Cuando un gimansta reali-za un ejercicio se le puede valorar por su ejecución hasta 4,40 puntos; por la combinación de sus movimientos, según su belleza, técnica y demás, hasta 1,60; finalmente, por la dificultad que les imponga, hasta 3,40. Suponiendo que lograra la máxima puntuación, la suma de las tres notas sería un 9,40. Para lograr el 10, marca tope, pueden añadirse: Un 0,20 por la originalidad; desde un 0,20 a un 0,60, que ya sería definitivo, por el riesgo, y, por último, otro 0,20 según el virtuosismo. En cualquier caso todo final posible, como máximo, debe dar el 10.

El sistema de puntuación ha cambiado últimamente respecto a como se hacía en el pasado. La diferencia es que antes se daba directamente 4,00, posible máximo por la ejecuc:Ión; 2,60 por la combinación y 3,40 por la dificultad. En total ya se sumaban los 10 totales posibles y a partir de ahí, según los fallos, se hacían las reducciones de la nota. Ert los concursos primero -que puntúa para la clasificación por equipos con otro obligatorio- y segundo -también libre y que sumado al primero sirve para la clasificación final individual, en la que entran sólo los,36 mejoresse podían restar hasta 3 décimas de punto. En el tercero -ya en cada aparato con los seis mejores clasificados según las puntuaciones anteriores- se podían descontar hasta 6 décimas por la falta de virtuosismo, riesgo y originalidad. En la actualidad lo que se hace, pues, es sumar uno esas últimas décimas optativas de los jueces a posteriori y no restarlas.

Aunque Nadia Comaneci fue la gran triunfadora individual, con nuevos ejercicios inventados, la URSS continúa, no obstante, con el mando general en la gimnasia femenina. Bastante hizo la rumana, junto a la también magnífica Ungureanu, con lograr para su país la plata por equipos. Aunque oscurecida por la pequeña niña-milagro balcánica, Ludmila Touritcheva, volvió a brillar a buena altura y, sobre todo, surgió otra gran figura, la bella Nelly Kim, de rasgos típicamente orientales, y que asombró en suelo y saltos. No sería justo, desde luego, alabar tanto a la Comaneci por sus catorce, años y olvidarse, porque tenga diecinueve, de los dos 10 que también obtuvo la Kim en el suelo y salto, el último día de] concurso por aparatos.

Hemos hablado del lado femenino y realmente su nivel asombró a propios y extraños. Lo que más sorprendió, sin duda, fue lo oscurecida que dejó a la gimnasia masculina. Aunque parezca increíble, de Andrianov, el soviético, con nada menos que cuatro medallas de oro, dos de plata y una de bronce, es decir, uno de los atletas con más medallas obtenidas de los Juegos -si no el que más prácticamente nadie ha hablado. Como no se acercó ni con mucho a los 10 femeninos pareció que sus triunfos no tenían importancia. Realmente es bastante injusto. Mientras él quitaba la supremacía individual al Japón, éste continuaba con la de equipos y lograba más medallas con un plantel de gimnastas mucho más compacto y en el que aún destacaron el veteranísimo Kato, campeón olímpico de Munich (en Montreal, plata) y Tsukahara (bronce).

No dudamos que la gimnasia femenina, precisamente porque había evolucionado menos y en sus aparatos es posible hacer más innovaciones, tenía las -puertas abiertas al «boom». Incluso esa menor dificultad, al menos en ejercicios de fuerza -que en el lado femenino prácticamente no existen- ha colaborado decisivamente. Está claro que cualquier cuerpo humano, y más aún el de una mujer, no podría resistir áparatos gimnásticos que requiriesen mayor potencia muscular. Por esa misma razón no se podrá ver nunca en un potro con arcos o en las anillas, por ejemplo, a un gimansta masculino de esa edad. Su musculatura no se ha podido desarrollar lo suficiente como para resistirlo.

Por otro lado, y completario el hecho de la innovación en los ejercicios, parece evidente. que mientras en el campo masculino, al ir más adelantado en dificultades introducidas, los jueces ahora puntuan con mucha más severidad, en el femenino, con menos novedades, es normal que al presentarlas alcancen más alta puntuación.

La actuación española, sin ser por supuesto brillante en cuanto a resultados generales, no se pudo considerar mala. Sobre todo en el salto de caballo masculino y, en general, en todas las actuaciones -incluidas las femeninas- se superaron las marcas acreditadas antes de los Juegos y eso siempre es positivo. Ya se hubieren conformado los atletas o los nadadores con batir sus propias marcas, aunque también quedaran lejos de los primeros puestos.

USA dominó en trampolín y palanca

Los saltos de trampolín y palanca, que en mucho tienen un paralelismo acusado con la gimnasia -especialmente con el suelo y el salto de caballo- fueron, sin embargo, de dominio USA. Si en la gimnasia los norteamericanos no acababan de ponerse a la altura europea ojaponesa, en los saltos, derivación claramente natatoria es lógico que sí destaquen como en el rey de los deportes acuáticos. Cinco, medallas por tres de la URSS, siendo el único país en conseguir dos títulos, es decir, el 50 por 100 de los totales en disputa ya es un índice.

La hazaña de los juegos en esta modalidad, con todo, no fue norteamericana, sino la lograda por el italiano Klaus Dibiasi, que con su triunfo en la palanca, tras quedar último de la final de trampolín por una pequeña lesión,lograba su tercera medalla de oro consecutiva en los Juegos Olímpicos. Primero fue México, luego Munich y ahora Montreal. Como otros atletas -ya bastantes, pues la lista aumenta cada día- ha pasado a la galería de los más grandes campeones de la historia olímpica.

Por su parte, Nerntsanov, saltador de palanca soviético, fue el último protagonista, pero por su asilo político y su supuesto «love story» pon otra saliadora. Como el asunto no ha estado muy claro, podría ya alguien preguntarse si es que Nemtsanov, como los niños que al suspender no quieren llevarse la regañina de sus padres, se ha escapado de casa. Quedó noveno tras los primeros saltos clasificatorios, y, por tanto, fuera de la final. Muy significativo.

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