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MONTREAL 76

Jenner suavizó el caso Stones

Estado de complacencia, en cambio, es el que se quiere registrar para esta tarde en el Estadio a la hora de la competición de altura. Hay mensajes en la prensa de Montreal en los que se pide a los espectadores calma para que la actuación de Stones no resulte conflictiva. Se quiere evitar el show Stones, que podría degenerar incluso en problemas entre el público dada la gran cantidad de estadounidenses que acuden cada tarde al Estadio Olímpico.Probablemente, el suceso Stones no se producirá. Quizás en ello haya influido la victoria del decathloniano Bruce Jenner, al que el público ha visto corno un atleta excepcional y una grata persona. Jenner no ha hablado del amor libre ni cosas similares. Jenner, cuando consiguió la victoria, se fue directamente a abrazar a su esposa. El gesto del atleta más completo del mundo ha suavizado la tensión.

Chrystie, la mujer del campeón, ha hecho de él un retrato un tanto especial, ya que ha manifestado que nunca sabe el humor con el que lo va a encontrar. Tras las competiciones o los entrenamientos, Jenner suele cambiar de carácter. Habitualmente es gentil con su mujer, pero tras un esfuerzo lo mismo se puede esperar de él un beso que una reacción detestable.

Chrystie esperaba de su marido una buena recepción al final del éxito y no se equivocó. La esposa del campeón estaba convencida del éxito, porque en las tres últimas pruebas está su fuerte. Los decathlonianos -ha dicho Chrystie- suelen olvidar los 1.500 metros y mi marido prepara esta prueba con la misma intensidad que las demás. La historia amorosa de Bruce y Chrystie comenzó después de los Juegos de Munich, en la Universidad.

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