"Pueden superarse los obstáculos hacia la democracia", dice Ruiz-Giménez

Joaquín Ruiz-Giménez, ex ministro de Educación, y en la actualidad presidente de Izquierda Democrática, partido de tendencia democristiana, aparece como líder de primer rango entre las fuerzas de oposición. Miembro a su vez de Coordinación Democrática, el señor Ruiz-Giménez ha mantenido una entrevista con el presidente del Gobierno, Adolfo Suárez.EL PAIS ha sostenido con el señor Ruiz-Giménez una breve conversación acerca del contenido de este encuentro.

Sobre la entrevista con el señor presidente -ha declarado- todo lo que puedo decir es que, efectivamente, he estado con él y que ha sido un diálogo grato y esclarecedor. Ha habido una información mutua sobre nuestros puntos de vista acerca de la situación política y el señor presidente esbozó su postura, con algunas precisiones sobre la declaración programática del Gobierno. Por mi parte expuse los criterios de Izquierda Democrática, única representación que yo ostentaba aunque, evidentemente, nuestra postura coincide en muchos aspectos con la de otros partidos que se integran en Coordinación Democrática.-¿Es cierto que usted dio cuenta de la conversación con el presidente a Coordinación Democrática?

-Es cierto que esa tarde yo tenía una reunión de Coordinación y me pareció que era importante el que los asistentes conociesen el espíritu de la entrevista y sus líneas generales.

-¿Salió usted optimista o pesismista tras la conversación?

-Puedo decirle que cuando fui, mi postura era de apertura y de esperanza y puedo decir que no empeoró esta situación de ánimo, sino que, en todo caso, mejoró al terminar la entrevista. Naturalmente, tanto él como yo fuimos conscientes de los obstáculos para llegar a una normalización democrática del país, pero también ambos coincidimos en que esos obstáculos son superables.

-¿La entrevista se celebró a petición suya?

-Yo había dicho en la prensa anteriormente que estaba dispuesto a esa entrevista, de manera que el señor presidente conocía mi disponibilidad para mantener ese contacto. Efectivamente me llamó el ministro de la Presidencia y se fijó el encuentro para el miércoles por la tarde a las 5.30. El señor presidente estaba reunido en Consejo de Ministros y tuvo la amabilidad de abandonar la sesión. Hablamos durante media hora; yo no quise por delicadeza prolongar el tiempo pero, realmente el no puso tope para la charla. Fue, en definitiva, una conversación sucinta pero a fondo sobre los temas que consideramos.