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ANEPA intenta conciliar las representaciones orgánicas e inorgánicas

Mientras varios grupos parlamentarios realizan su último intento para evitar, por la vía legal, que los partidos de carácter comunista puedan acogerse públicamente a la regulación del asociacionismo político, dos de las asociaciones a las que pertenecen muchos de los procuradores de dichos grupos -Unión Nacional Española y ANEPA- celebran asambleas generales con mayores o menores problemas internos, según los casos.

Concretandonos en ANEPA, cabe decir que hoy realizará una asamblea sobre la que aletean diversos problemas y tensiones, el más espectacular de los cuales es el anuncio de la posible dimisión de uno de sus vicepresidentes, José Ramón Alonso, director del diario Pueblo. Ayer, en una comida de vísperas, celebrada con algunos periodistas por el presidente y los dos vicepresidentes de la asociación, señores Thomas de Carranza, Serrats Urquiza y Alonso, respectivamente, se pusieron de manifiesto las diferentes concepciones políticas actuales de cada uno de ellos, muy especialmente del último respecto al señor Serrats.Los señores Thomas de Carranza y Serrats habían procurado dejar claro -al principio de la comida- que en el seno de ANEPA podía haber discrepancias, pero no escisiones, cuando José Ramón Alonso anunció de pronto su intención de presentar hoy su dimisión en la asamblea, en función de que no comparte el punto de vista un tanto nostálgico y reaccionario que ha presidido la vida de la asociación. «Yo no sé si nos damos cuenta -dijo- de que en el último año hemos cambiado de siglo». El señor Serrats -autor de la propuesta de programa que hoy será sometido a la asamblea- aseguró que dicho texto no es nostálgico en absoluto. «En este momento -afirmó- no hay programa alguno de partidos de la derecha europea tan avanzados como el nuestro. Reto a cualquier estudioso a que diga si el 55 por 100 de nuestro programa no es el de la socialdemocracia alemana; y el resto está inspirado en el reformismo francés de Servan Schreiber y en lo más serio de la democracia cristiana europea».

«Nuestro coraje -prosiguió- está en que, saliendo de una situación autocrática, y habiendo tenido que tolerarla, nos acercamos a quienes regresan del socialismo marxista». Esto no es óbice para defender, junto al sufragio universal, la existencia de una representación orgánica por medio de una superposición o simbiosis de los dos sistemas.

Por su parte, el señor Thomas de Carranza aseguró que él no piensa pronunciar una sola palabra que suene a nostalgia del pasado, y solicitó del señor Alonso que reconsiderara su decisión de dimitir. A ello se unió también el señor Serrats. Queda, pues, pendiente la solución definitiva que se dará a este tema, entre los que pueden plantearse a lo largo de la asamblea de hoy.

Asamblea de UNE

Unos trescientos delegados asistieron a la asamblea general celebrada por Unión Nacional Española el domingo pasado, tras la escisión protagonizada por unas sesenta personas, y que ya conocen suficientemente los lectores de EL PAÍS. En esa asamblea se eligió como presidente único a Gonzalo Fernández de la Mora, y como vicepresidentes, a José Luis Zamanillo, José María Velo y Luis Emilio Calvo Sotelo. El secretario general es Miguel Fagoaga.Entre los pronunciamientos registrados en dicha asamblea cabe mencionar el del señor Zamanillo, quien se refirió a la inesperada separación de algunos miembros y negó la imputación de pretender un partido único alegada por éstos.

Por su parte, el señor Fernández de la Mora pronunció un discurso en el que, tras afirmar que durante toda su vida ha defendido la Monarquía tradicional, aseguró que «nuestras raíces intelectuales se nutren de la concepción cristiana del mundo», y rechazan la deshumanización «que nos amenaza desde el otro lado del telón de acero».

Se refirió después a la atomización partitocrática, que conduce a la ingobernabilidad del Estado, y propugnó «un gran frente, alianza o confederación nacional, bajo los principios fundamentales, que son los del humanismo». Posteriormente recordó que el presidente Suárez no había llamado a UNE para formar su Gobierno, y manifestó la aspiración de esta asociación «no a reformas espasmódicas y retóricas, sino a ese reformismo permanente en el que hemos vivido desde los años cincuenta, y que consiste en dar a nuestro pueblo una vida cada día mejor, y de más calidad».

En la mañana de ayer, el señor Fernández de la Mora visitó a Su Majestad el Rey, con quien mantuvo una entrevista de cincuenta minutos. A la salida declaró -según Europa Press- que había entregado al Rey un informe de análisis y sugerencias. Asimismo dijo, respecto a la reforma del Código Penal que se verá mañana en las Cortes, que «si el Gobierno insiste en el texto inicial con más o menos variantes y no acepta lo fundamental de la propuesta que se le ha formulado por algunos grupos parlamentarios acerca del marxismo, y más concretamente del comunismo, creo que el Gobierno se tendrá que enfrentar con un muy importante número de votos adversos en la Cámara. Esto contribuiría a deteriorar la situación política, que ya es inquietante».

Las palabras del señor Fernández de la Mora hacían referencia sin duda, al escrito presentado ayer por varios grupos parlamentarios pidiendo que, en cualquier caso, se declaren ilícitas las asociaciones comunistas. Precisamente el señor Thomas de Carranza, presidente de uno de dichos grupos -Acción Institucional- abandonó temprano la comida mencionada al principio de esta información, a fin de poder acudir a las Cortes, para realizar gestiones en relación con el escrito citado.

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