Los italianos van hoy a las urnas
Cuarenta y un millones de italianos acuden hoy a las urnas para elegir las Cámaras parlamentarias que sustituirán a las disueltas el pasado 1 de mayo. Los comicios de hoy, considerados por muchos como los más importantes de la postguerra, han sido precedidos de una campaña en la que no han faltado alarmantes salpicaduras de violencia. Los últimos días transcurrieron, sin embargo, con normalidad, y el pueblo italiano se presenta tranquilo a las urnas.
La campaña electoral ha concluido con una Democracia Cristiana acusada por todos los flancos y un Partido Comunista que habla de moralización de las costumbres públicas del país, de la necesidad de disciplina y sacrificios para el futuro.Es la alternativaentre la que han de decidir los 40.436.594 electores convocados hoy a las urnas, de los cuales 21.8413 8,6 son mujeres. Esta es también la primera vez que los mayores de dieciocho años participarán en la elección de la Cámara de Diputados.
La votación es complicada (cinco papeletas de otros tantos colo res), pues se elige a la vez senadores (315), diputados (630), representantes administrativós de provincias (en Roma y Foggia), de consejos municipales (131 localidades) y en Sicilia incluso los diputados de la Cámara Regional.
La campaña electoral, por lo demás, se ha desarrollado con relativa tranquilidad, si se hace excepción de un muerto en Sezze Romanó y de tres en Gémova amén de los secuestros pseudopolíticos de dos mayoristas o asentadores del mercado en Roma. La tensión inicial y los presagios de guerra civil hechos por algunos partidos hicieron pensar en un comienzo que ésta sería una campaña especialmente dramática.
Los socialistas han acentuado su inclinación a la izquierda y su carácter europeo. Los republicanos han intentado demostrar que son ellos y no la Democracia Crisitiana, el verdadero partido de la burguesía productiva. Los liberales han querido salir igualmente de la tutela del partido del escudo cruzado. Por lo que respecta a los neofaséistas del Movimiento Socíal o a los socialdemócratas del viejo Saragat, han hecho una campaña sin peso específico, descolorida, como si las -circunstancias los hubieran cogido de improviso. Información en págs. 3, 4 y 5
