Comenzó el juicio contra los trece mercenarios
Condena a muerte es la pena que ha pedido el fiscal para los 13 mercenarios en el juicio que ayer empezó a celebrarse en Luanda. Entre los mercenarios hay nueve súbditos británicos, un irlandés y tres norteamericanos.Un británico, Kevin Marchant, de 25 años, fue el primer acusado en prestar declaración ante el tribunal que lo juzga. Marchant dijo que él había sido uno de los condenados a muerte por otro de los acusados, el llamado «coronel Callan».
Callan, un chipriota de nacionalidad inglesa, ordenó la ejecución de 14 mercenarios compatriotas suyos que se negaban a seguir luchando en la guerra de Angola.
El hecho ocurrió el 3 de febrero de este año, en el norte del país. Marchant declaró ayer que él se salvó porque al final se prestó voluntariamente a conducir un camión. Al regresar del viaje que Callan le obligó a hacer vio los cuerpos muertos de sus compañeros apiñados al borde de una carretera.
El fiscal tardó cuarenta minuto en leer los 139 cargos que pesan contra los 13 mercenarios. Mientras lo hacía, los acusados se movían nerviosamente en sus asientos.
Las acusaciones más graves recaen sobre el ya citado «coronel Callan», que en realidad se llama Costas Georgiu, un ex paracaidista del Ejército que Gran Bretaña mantiene en el Ulster. Según la narración del fiscal, Callan no sólo mató a soldados del. Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA) y a algunos de sus propios hombres, sino que también ejecutó a un gran número de civiles. Siempre según la documentación fiscal, «la mano derecha de Callan» era Andrew Mackenzie, otro inglés que también luchó con el Ejército británico en el Ulster. Mackenzie, asimismo de 25 años, apareció ante el tribunal que lo juzga sentado en una silla de ruedas. Durante la guerra civil de Angola perdió la pierna izquierda.
En principio, los mercenarios británicos están siendo defendidos por abogados angoleños, mientras que los norteamericanos reciben ayuda legal de dos juristas compatriotas suyos. Hoy se espera que lleguen a Luanda dos abogados ingleses, que quieren encargarse de la defensa de algunos de los acusados. Mientras tanto, los angoleños designados para salvar de la pena de muerte a los mercenarios británicos van a concentrar sus energías legales en describir ante el tribunal, compuesto por civiles y militares, cuáles fueron las condiciones sociales en las que se criaron estos soldados a sueldo.
El Foreign Office, desde Londres, ha intentado a úItima hora convencer al Gobierno de Angola para que suspenda temporalmente el juicio. Doce horas antes de que se iniciara, el Ministerio de Asuntos Exteriores inglés hizo llegar un mensaje al ministro de Justicia de la República de Angola rogándole que tuviera en cuenta la necesidad de posponer la vista hasta que los abogados que iban a desplazarse desde Gran Bretaña a Luanda prepararan los argumentos de la defensa.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.