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Los chabolistas de Arroyo de las Pilillas siguen en las mismas condiciones

Desde hace cincuenta años, cuarenta y cuatro familias viven en chabolas sin agua, alcantarillado, alumbrado o servicios. La zona del Arroyo de las Pilillas se encuentra en una depresión de la barriada de Moratalaz y a pesar de la visita que realizó el alcalde Juan de Arespacochaga, los vecinos se quejan de que continúan viviendo en las mismas condiciones sin que hasta el momento se les haya dado ninguna solución.

«No voy allí ni aunque pierda la carrera.» El médico de una de las familias que viven en el Arroyo de las Pilillas mostraba así su actitud ante una zona bastante desconocida.«Cada casa baja mide unos treinta metros cuadrados y hay algunas familias que tienen hasta quince hijos.» En un estado de hacinamiento, sin agua y ni siquiera servicios, los vecinos han pedido ayuda a la Asociación de Vecinos de Moratalaz Oeste.

«No tenemos alcantarillado, la recogida de basuras es intermitente y hasta tenemos unos vertederos muy cerca de nuestras viviendas.» Parte de los integrantes de esta zona asistieron a una rueda de Prensa, en la que se trataron los problemas más urgentes del barrio y de su zona en particular. Las familias afectadas llevan unos cincuenta años en las mismas condiciones, han visto nacer Moratalaz e incluso sufrieron presiones de una inmobiliaria cuando dicha empresa les quiso comprar el terreno.

Las infecciones, las ratas («tocamos a más de veinte por persona»), el peligro de un tendido de alta tensión al alcance de los niños, e incluso un surtidor de agua contaminada sobre el que sólo un cartel avisa del peligro, son algunos de los problemas con los que estos vecinos se tienen que enfrentar diariamente. Uno de los motivos de que ya estamos cansados es que hasta las necesidades las tenemos que hacer en el campo, ya que no tenemos ni servicios.»

El concejal del distrito, señor Horcajo, les ha visitado ya algunas veces pero aunque en cada visita les es prometido algo, los chabolistas no han visto realizada ninguna de las promesas.

En la visita que realizó el alcalde, uno de los puntos del itinerario fue el Arroyo, al que «no bajó el señor alcalde», aunque mantuvo una conversación con uno de los afectados, llamado Chércoles. Los vecinos se quejan de que cuando quisieron acercarse a la primera autoridad municipal, éste, con sus acompañantes, se había ido.

Al parecer, el señor Chércoles no es «un afectado como nosotros», pero dado que desde la mañana a la noche está al borde del Arroyo, es el único que habla con los distintos representantes municipales que de vez en cuando se acercan a la zona. «Chércoles no nos ha dicho nada de lo que habló con el alcalde, dice que no nos interesa.»

Sólo 17 familias de las que viven en Pilillas, son propietarias.

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