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Tribuna:Tribuna libre
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Liberismo para una España nueva

Cuando estudié en la Universidad de Madrid, el pensamiento de Ortega , Gasset era una luminaria frente al dogmático panorama cultural que se ofrecía a la juventud. En una economía autárquica ' con los alimentos racionados por cartillas, salarlos de hambre, automóviles con gasógenos, dureza y disciplina por doquier, la miseria material era paralela a la intelectual en aquel ambiente de estrechez política y sociedad jerarquizada. Ortega representó para nosotros la liberación por la racionalidad, la apertura de ideas y el europeísmo.Perseguido a lo largo de 40 años, el liberalismo ha sido objeto de un, ataque, incesante. Los teóricos del. totalitarismo, del imperio, del carisma, han tratado con indiferencia determinadas ideologías. El comunismo sufrió una persecución frontal que le permitía curtirse, organizarse en la clandestinidad. El, liberalismo fue, la víctima de las técnicas más devastadoras, sutiles y profundas. Ser demoliberal era la calificación más injuriosa que empleaban los guardianes principales de la ortodoxia del régimen. Los liberales parecían ser los culpables de todos los males de España. Tal es la imagen que se ha ido graban había utilizado la cárcel, la violencia física. Refinadamente, se les daba a optar entre el exilio o el silenciamiento, una soledad terrible en que los libros quedaban amortiguados y las personalidades más relevantes debían resignarse al papel de moralizadores sin posibilidad de acción.Visitando un día el monumento elevado a Gandhi en Nueva Delhi, leí una inscripción recogiendo las palabras del libertador hindú sobre los millones de seres que carecían hasta de voz para hacerse oír en lo relativo a su mismo destino. Así ocurría con los incontables españoles reducidos al aislamiento o a pequeñas comunidades que sólo eran viables si se polarizaban en el intelectualismo. Su voz se perdía en la aplastante superioridad de un sistema que manipulaba la tecnología de los medios de comunicación en masa y el aparato estatal para infundir principios radicalmente ajenos- a los del liberalismo.

La implacabilidad del régimen en la desintegración y falseamiento del "liberalismo estaba motivada por la convicción de que en la historia de nuestro país no hay sino dos grandes corrientes permanentes de carácter político, que responden a dos concepciones opuestas de la existencia: el absolutismo y el liberalismo. El socialismo, el comunismo ,la democracia cristiana, son ideologías recientes e importadas del exterior. Por el contrario, el choque entre una actitud de totalitarismo e inflexibilidad y una actitud de defensa de la libertad v afirmación de valores humanos individuales, ha sido la clave de la historia española, que podríamos definir como una tensión constante entre los principios absolutistas y liberales. Ahora, los ideales liberales han resurgido de nuevo en el escenario político.

Ante las tácticas de confusionismo y, dispersión seguidas por el autoritarismo contra la oposición democrática, el objetivo inmediato del Partido Liberal es la claridad ideológica y la ayuda al reagrupamiento de las organizaciones e individualidades de signo liberal. Se ha creado como una estructura que se va formando por la integración entre los distintos grupos liberales ,sin predominio de ninguno. La Agrupación Liberal Democrática que apareció después de una callada tarea preparatoria, no ha hecho sino fundirse en ese Partido, patrimonio de todo el liberalismo, al igual que probablemente harán en breve plazo otros grupos que también lucharon aislados frente a la adversidad. Por lo demás, cuanto se realiza para lograr la unificación liberal, bien en el seno de un Partido conjunto, bien a través de fórmulas de transición que darían asimismo una base de entendimiento y actuación coordinada, responde a la necesidad general de que las principales corrientes políticas -el franquismo, la democracia cristiana, el socialismo, el liberalismo y el comunismo- tracen sus fronteras ideológicas propias y presenten programas específicos, a fin de que cada mujer y cada hombre pueda elegir sabiendo lo que apoya y a quién apoya. Por eso, nuestra línea ideológica y nuestros programas so n liberales en lo político, en lo social, en lo económico, en lo cultural.

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Desde esa posición coherente, el Partido Liberal tiene como objetivo prioritario el mismo de todos los partidos- de. la oposición democrática, lo que les une al margen de las diferencias ideológicas: la instauración de la democracia en España.

La situación actuales altamente delicada. El discurso del presidente Arias ha cerrado un periodo cuyo balance es muy negativo en cuanto a la democratización del país, y ha abierto interrogantes que no hacen sino aumentar la inquietud por el futuro.

En efecto, el mecanismo institucional del régimen continúa siendo el mismo, ni un hombre nuevo ha sido incorporado en la dirección política, las libertades más elementales dependen de la benevolencia de los gobernantes, la democracia orgánica del franquismo no se ha alterado en nada. La agresividad y menosprecio del presidente hacia la oposición era la respuesta a las sugerencias hechas para construir la democracia con la participación y la negociación. Se ha mantenido imperturbablemente el imperio de los intereses dominantes, siendo notorio que estamos más en un sistema de intereses que de ideas. Los proyectos constitucionales elaborados son simples retoques de fachada en el edificio de la democracia orgánica. La intención es ganar tiempo, esperando la erosión definitiva de los partidos y una coyuntura económica favorable que cloroformice a las masas.

Minimizar estas circunstancias es un error. Controlando la mayoría de los resortes del poder se encuentran hombres conocidos por su historial de antidemócratas; pensar que vayan a cambiar de opinión. con sus precedentes e intereses, sería una utopía. Asimismo, es preciso considerar dos datos adicionales uno es de naturaleza material, el formidable dispositivo

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de represión, el monopolio de los medios de comunicación y el control completo de los municipios y ciudad de dimensión pequeña o media; el otro es de naturaleza psicológica, la. pasividad política inculcada en el pueblo y su desconocimiento de las normas habituales en la democracia.

Ahora bien, hay cuatro factores positivos que son capitales para superar tanto obstáculo el Rey, que ha conseguido una creciente popularidad, planeando por encima del Gobierno y de los grupos la neutralidad de las Fuerzas Armadas, al margen de las cuestiones ideológicas, para respaldar la estabilidad y seguridad del país; el apoyo, de Occidente a la democracia y la consolidación de la oposición democrática., Por otra parte, concurren ciertos elementos de juicio que conviene retener: Franco era persona, punto de referencia y la cabeza de todo, un sistema; Arias no puede sustituirle, no puede asumir sus funciones de hecho ni de derecho, porque ni los propios incondicionales del régimen se lo concederían; tampoco puede ligarse el destino de la institución monárquica y del Rey al de ningún hombre o Gobierno.

El Partido Liberal es un instrumento de estabilización, no de confrontación. Es consciente de que la nación rechaza cualquier proyecto de petrificación del régimen establecido o de plantea miento del futuro como si arrancáramos de la cota cero. Lo que España quiere es un gran salto adelante. Este salto ha de darse, en política, instaurando, la democracia tal como se vive dentro de la civilización occidental a que pertenecemos.

Para lograrlo plenamente es indispensable el postulado básico del liberalismo: la vinculación indisoluble entre política y moralidad. El Partido Liberal estima imposible la democracia si no hay una honradez que ponga término al espectáculo de corrupción y un estilo de convivencia fundada en la negociación, el pluralismo y la modernidad. De otro modo se haría una democracia formalista. Y el pueblo quiere una democracia-real.

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